lunes, 18 de junio de 2012

Datos sobre el desalojo de campesinos con saldo fatal. El clima esta bastante complejor, hay muchos intereses en juego, manipulaciones, conspiraciones y un avasallamiento total a las familias campesinas.


Datos sobre el desalojo de campesinos con saldo fatal. El clima esta bastante complejor, hay muchos intereses en juego, manipulaciones, conspiraciones y un avasallamiento total a las familias campesinas.
A unos 270 kilómetros de Asunción, en el lugar conocido como Colonia Ybyra Pyta o Campo Morombi del Distrito de Curuguaty tuvo lugar un enfrentamiento fatal entre policías y campesinos, según los datos que se manejan hasta el momento sólo se pueden confirmar las bajas totales del cuadro policial que asciende a un número de seis agentes, entre ellos el jefe y sub jefe del GOE (Grupo de Operaciones Especializadas) que realizó el operativo con unos doscientos cincuenta efectivos. De los cincuenta o sesenta campesinos que estaban resistiendo en la ocupación se sabe provisoriamente que once fueron abatidos por la policía, nueve están imputados y el resto están desaparecidos.
Las víctimas fatales entre los campesinos ascienden a un mínimo de once, nueve cuerpos fueron encontrados el viernes 15 de junio día que se produjo el trágico hecho, al día siguiente los pobladores del lugar se organizaron y entraron al campo para buscar a más campesinos, momento en que encontraron dos cuerpos y todo indica de que podrían haber más cadáveres abandonados en la zona o personas heridas que no están recibiendo atención médica y no puedan salir del lugar. Los referentes civiles y pobladores/as en general siguen con las búsquedas.
Entre los detenidos e imputados por la fiscalía, se debe mencionar que se hallan personas del distrito que ni siquiera se encontraban en la ocupación y que fueron apresadas por ir al hospital para saber información sobre los heridos que arrojó el enfrentamiento, según las primeras denuncias que de a poco se van haciendo públicas. Las nueve personas imputadas, quienes serán procesadas por los delitos de violación de propiedad privada y homicidio doloso.
Según las versiones que manejan los lugareños, las fuerzas policiales se encargaron de rematar a los campesinos que resultaron heridos, ejecutándolos y desapareciendo los cuerpos, impidiendo que éstos fuesen auxiliados o reciban atención médica.
Las tierras ocupadas por el grupo de campesinos que no estaban nucleados bajo ninguna organización, ya había sido motivo de varias ocupaciones anteriores por otras organizaciones campesinas y en todos los intentos han sido desalojadas. El político y ex senador Blas N Riquelme, perteneciente al partido colorado, se apropio fraudulentamente de esas tierras1 y actualmente goza de total impunidad erigiéndose como el supuesto dueño de la propiedad.
El acaparamiento de tierras en manos de un sector minoritario, privilegiado, el avance del cultivo de la soja y el agronegocio, es motivo de graves conflictos sociales hace décadas en el Paraguay y una de las principales causas de este triste episodio, las consecuencias, hasta ahora en el plano político institucional fue la destitución del Ministro del Interior Carlos Filizzola, lo reemplaza Rubén Candia Amarilla ex Fiscal General del Estado, reconocido por impulsar en años anteriores toda una campaña de persecución y criminalización de la luchas sociales. Lo que seguirá, sin dudas será un nuevo periodo de militarización violentando territorios y comunidades campesinas, propiciando persecuciones y violaciones de derechos humanos, un clima de alta inestabilidad política donde los partidos de derecha serán los más privilegiados, conspiraciones y negociaciones a menos de un años de las próximas elecciones presidenciales, se abre un terreno propicio para una mayor injerencia de los Estados Unidos Colombia con su planes de seguridad y control, para garantizar el latifundio y la inversión privada.
Por ahora se vive en el país un clima tenso, en un escenario bastante complejo, se visualizan muchos intereses en juego, manipulaciones, conspiraciones y un avasallamiento total a las familias campesinas empobrecidas.
Abel Irala

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