martes, 26 de mayo de 2009


Autocalificado luego de las elecciones de "líder emergente, de ruptura de antiguos paradigmas que han empobrecido al Paraguay y fracturado a la sociedad", y de "presidente que llega al Ejecutivo sin haber pactado con las oligarquías económicas familiares parasitarias de mi partido y del país", en su discurso de toma de posesión Duarte se adjudicó intenciones poco menos que revolucionarias y prometió virtualmente todo lo que podía prometerse a una nación que clamaba por cambios drásticos y regeneraciones de todo tipo. No faltaron una declaración de guerra sin cuartel a la corrupción, obligada en cualquier toma de posesión presidencial latinoamericana desde hace años, ni una crítica al neoliberalismo, del que dijo haber sido "un fracaso" porque "avasalla la dignidad humana". Esforzándose en proyectar confianza, seguridad y determinación, el flamante presidente afirmó que con él, el Paraguay iba a "volver a tener un Estado fuerte", ya que él poseía "autoridad moral y conciencia ética". Declaraciones de intenciones aparte, Duarte deberá lidiar con un Congreso de mayoría opositora, y el apoyo de liberales y patrióticos le será indispensable para llevar a cabo unas medidas traumáticas que se antojan insoslayables: si no se reactivan las privatizaciones, y a la espera de que den resultados las también prometidas reformas rigurosas en los controles de aduanas y el sistema tributario, entonces el Ejecutivo, para obtener los ingresos con que atender las necesidades financieras más acuciantes, no tendrá más remedio que decretar fuerte subidas de precios de los bienes de consumo y de tarifas de los servicios públicos. Pero si se decanta por esta medida, el presidente pondrá en peligro el estado de gracia que le ha otorgado una población moderadamente esperanzada. Nada más producirse la transferencia del poder en el Congreso, Duarte se estrenó en la política internacional como anfitrión de una cumbre especial, aprovechando la presencia de presidentes y delegaciones nacionales de alto nivel, de los países del Mercado Común del Sur (MERCOSUR, al que pertenece el Paraguay) y la Comunidad Andina de Naciones (CAN). Los mandatarios aprobaron una declaración antiterrorista en solidaridad con Colombia y acordaron finiquitar a finales de año las negociaciones para la puesta en marcha de la proyectada fusión de las áreas de libre comercio de ambas organizaciones subregionales.

ELMEDIOCRE


De postulados un tanto nebulosos en un partido populista y clientelista donde la personalidad de los caudillos importaba, con mucho, más que un ideario o un programa nítidos, el MRC estaba identificada como la familia más conservadora y retardataria del coloradismo, valedora de la retórica tradicional y reacia a las reformas que fueran contra el modelo de economía estatista y regulada. Macchi, pese a haber expresado su fidelidad a Stroessner aun después del derrocamiento del dictador, pasaba por un dirigente moderado, escorado al centro y sobrio en sus manifestaciones públicas . La decisión de Cubas de indultar a Oviedo inmediatamente después de asumir el 15 de agosto de 1998 provocó una crisis política extraordinariamente grave al plantear su frontal oposición a la medida tanto los partidos de la oposición como el bloque argañista, el cual, con el apoyo de Macchi desde la Cámara de Senadores, impulsó un proceso de destitución del presidente por la Cámara alta. Pero el 23 de marzo de 1999 Argaña fue acribillado a tiros en Asunción en un atentado que se atribuyó a pistoleros progubernamentales y los acontecimientos tomaron un cariz explosivo. El 28 de marzo, al cabo de masivas protestas callejeras en la capital del país exigiendo la renuncia de Cubas y la detención de Oviedo, y del asesinato de nueve manifestantes por paramilitares presuntamente oviedistas emboscados en las azoteas, el presidente se vio forzado a dimitir y acto seguido Macchi prestó juramento en el Congreso como presidente constitucional, en una ceremonia cargada de emotividad y que fue jubilosamente seguida por la población, que interpretaba lo sucedido como una suerte de segunda revolución democrática en el país. En su primera rueda de prensa, Macchi, resuelto a mantenerse en el puesto hasta completar el mandato de Cubas en agosto de 2003 (lo que fue confirmado por la Corte Suprema de Justicia el 24 de abril), declaró que iba a acabar con la impunidad de los corruptos, a desterrar el crimen de la vida política y a asegurar el cumplimiento de la sentencia de prisión impuesta al recalcitrante general. Apuntando a esas promesas, no tardaron en anunciarse la captura de los sospechosos de causar la matanza los manifestantes del 26 de marzo y una purga de funcionarios leales a Cubas, incluido su hermano Carlos, último ministro del Interior. Contra Oviedo, escapado a Argentina, se lanzó una orden de extradición para su retorno a prisión. En marzo, el presidente, acompañado por miembros de su familia, fue abucheado y apedreado en Asunción cuanto intentó apaciguar a 10.000 manifestantes convocados por organizaciones cívicas que exigían el final de la corrupción en el Gobierno, el impulso a la reforma agraria y una política económica firmemente comprometida con la dotación de oportunidades de trabajo, la creación de prosperidad y la mejora de las condiciones de vida. Tras los sucesos de mayo se instaló la opinión mayoritaria, plenamente corroborada poco después, de que la detención de Oviedo iba a ser sólo un respiro temporal para Macchi, quien para entonces gozaba, según los sondeos de opinión, de un índice de aceptación popular apenas por encima del 10%, pudiéndose hablar ya de presidencia fracasada al año escaso de haberse iniciado. Las expresiones de incompetencia, desorientación, falta de liderazgo, autismo político y, finalmente, venalidad, empezaron a diluviar sobre Macchi mientras el país experimentaba un imparable deterioro en sus condiciones sociales y económicas. Con acritud, sus detractores le reconocían a Macchi ser perito únicamente en sofocar incendios y postergar problemas.Los últimos meses de la presidencia de Macchi transcurrieron sin nuevas agitaciones políticas dignas de mención. En el terreno internacional, el mandatario saliente acogió en Asunción la XXIV Cumbre del Mercosur el 18 de junio. El 15 de agosto Macchi entregó los atributos del poder a Duarte a través del titular del Congreso, Carlos Mateo Balmelli, y pronunció un discurso de despedida en el que reconoció que su gobierno no había tenido "los resultados deseados en la lucha contra la corrupción, en el objetivo de elevar el crecimiento económico, en la solución óptima de los problemas sociales y en la reactivación económica del sector industrial", si bien reivindicó haber recibido un país "un grave y dramática crisis política" para entregarlo "pacificado y con todas las instituciones funcionando". Al ahora ex presidente se le presenta un futuro personal incierto, pues en vísperas de su salida del poder la Justicia volvió a rendirle cuentas. El 13 de agosto una fiscal del Estado le imputó nuevamente en el caso del pago irregular al notario Jorge Fernández Zaván por la transacción de Copaco. Al día siguiente, en respuesta a la petición del Ministerio Fiscal, el juez Hugo Sosa Pasmor prohibió a Macchi abandonar el país en el marco del otro proceso que tenía abierto, el del presunto fraude en la transferencia de fondos de los bancos Unión y Oriental al Citibank, al hallar en su actuación indicios de los delitos de "lesión de confianza y asociación criminal". Antes de conocer estas graves acusaciones, Macchi había declarado su intención de trasladarse a Miami nada más dejar la Presidencia para "tener una segunda luna de miel" con su esposa.

lunes, 25 de mayo de 2009

CUBAS GRAUS


En 1998 fue elegido candidato de la Asociación Nacional Republicana para la vicepresidencia de la república, en fórmula con el General Oviedo, quien finalmente debió retirar su candidatura debido a sus problemas jurídicos; entonces asumió la candidatura presidencial, y se acompañó del veterano Luis María Argaña, quien había perdido las primarias con Oviedo; la fórmula finalmente ganó en los comicios de ese mismo año. En su campaña electoral prometió liberar a Oviedo de la cárcel, hecho que cumplió el 18 de agosto de ese mismo año, a tres días de asumir la presidencia.
En 1999, el Vicepresidente Luis Maria Argaña fue acribillado en su camioneta junto a sus guardaespaldas en la calle "Diagonal Molas López" de la capital (supuestamente lo asesinaron los sicarios de Oviedo). Debido a ello, se sucedieron manifestaciones de protesta de la población y varios integrantes del propio Partido Colorado acusaron a Cubas de llevar al país a una guerra civil.
Una protesta conocida como El Marzo Paraguayo provocó la definitiva renuncia de Cubas, cuando el Parlamento ya estaba llevando con anterioridad gestiones iniciándole un juicio de destitución por corrupción y por el asesinato de Argaña. El ex presidente optó por asilarse en Brasil.
El 29 de marzo de 1999, lo sustituyó el presidente de la Cámara del Senado, Luis Ángel González Macchi.
Exilio y regreso al país [editar]
Volvió a Paraguay en el año 2002, e inmediatamente fue arrestado y procesado por cargos de corrupción y por conspirar para el asesinato del vicepresidente Argaña, de los cuales fue absuelto en su totalidad.
El 21 de septiembre del 2004, su hija Cecilia Cubas (de 30 años de edad en ese entonces) fue secuestrada, y aunque Cubas pagó un rescate de 800.000 dólares estadounidenses, en febrero del 2005, el cuerpo de la mujer fue encontrado enterrado en una casa abandonada en la ciudad de Ñemby a las afueras de Asunción. Cuatro activistas del Partido Patria Libre, incluido el líder, Osmar Martínez, fueron arrestados, acusados y condenados en juicio oral y público por el secuestro y asesinato, la fiscalía pública de Paraguay ha acusado a dirigentes de las FARC de participar del secuestro y asesinato, ayudando logísticamente a Patria Libre para tal crimen, sin poder probarlo

domingo, 24 de mayo de 2009

Elestafador


Juan Carlos María Wasmosy Monti
Duración del mandato: 15 de Agosto de 1993 - 15 de Agosto de 1998
La acusación se fundamentaba en una transferencia ilegal, ordenada en febrero de 1997, de 42.500 millones de guaraníes (al cambio de entonces, unos 20 millones de dólares) procedentes de los fondos del Instituto de Previsión Social (IPS) al Banco de Desarrollo, entidad privada que quebró mes y medio después del relevo presidencial en agosto de 1998. El 12 de abril 2002 el juez del caso, Jorge Bogarín, le halló culpable y le impuso una condena de cuatro años de prisión, a servir en la penitenciaría nacional Tacumbú próxima a Asunción, que era la mitad de la pena solicitada por el fiscal de Delitos Económicos, José Casañas. Ahora bien, el magistrado Gustavo Gorostiaga rechazó el pedido de prisión inmediata presentado desde la Fiscalía y resolvió que Wasmosy siguiera provisionalmente en libertad para que pudiera apelar su condena hasta el pronunciamiento de una sentencia en firme, pero previo pago de una fianza de 4.000 millones de guaraníes (unos 830.000 dólares) y con la obligación de presentarse una vez por semana ante la Policía y la prohibición de abandonar el país.

Eltraficante


Ascendido a general de brigada en 1967 y a general de división en 1970, para comienzos de la década de los setenta Rodríguez estaba ya considerado la segunda persona del régimen. En 1981 consolidó esta posición con su nombramiento como comandante del poderoso I Cuerpo de Ejercito, culminando una serie de promociones y regalías otorgadas por su consuegro para que, como esperaba de otros generales, no se metiera en política. Así, Rodríguez, mientras cumplía el encargo de manifestar públicamente la fidelidad de las Fuerzas Armadas a Stroessner, fue amasando una fortuna, se asegura que fabulosa, como propietario de vastas ganaderías, empresas de construcción, textiles y alimentación, la cervecera Munich, que funcionaba como un verdadero monopolio, un aeródromo y la especialmente lucrativa red de casas de Cambio de Moneda Guaraní. Este patrimonio, quizá el mayor del país y entre los mayores de Sudamérica, era fruto, obviamente, de los privilegios que brindaban el usufructo del poder y el modelo de economía estatista en ausencia de un libre mercado. Pero también estaba ligado al contrabando de mercadería ilegal y, de ser ciertas las investigaciones conducidas por medios de comunicación de Estados Unidos en 1974, a turbios manejos en el mundo de la droga. La imputación no dejaba de cuadrar con la naturaleza corrupta y delictiva del régimen stroessnerista, bajo cuya protección medraron todo tipo de tramas del tráfico de productos de lujo y narcóticos. Más aún, el propio Gobierno de Estados Unidos acusó a Rodríguez de ser el jefe del llamado cártel del Paraguay y de proteger a las bandas de narcotraficantes que operaban en ese país. El general rechazó las acusaciones y denunció a su vez a la Embajada de Estados Unidos en Asunción por alentar la "subversión política" con sus contactos con los dirigentes de la oposición paraguaya.

Eldictador


Dictadura (1954-1989) [editar]
Stroessner inmediatamente suprimió las garantías constitucionales, prohibió los partidos políticos y ejerció una dura represión. Gobernó con el apoyo del Ejército y el Partido Colorado. En este último llevó a cabo una serie de purgas que le facilitaron su control, con el objetivo de mantenerse en el poder. El partido gubernamental se convirtió igualmente en un entramado dedicado al reparto de favores. La corrupción se extendió de esta manera en lo que se recuerda como «la trilogía»: Gobierno - Partido - Fuerzas Armadas.
Su régimen fue anticomunista y favorecía los intereses estadounidenses. Sin embargo, las fuerzas del Ejército Revolucionario del Pueblo argentinas se infiltraron en el país, siendo él mismo incapaz de detener el avance real de las mismas. El asesinato del ex dictador nicaragüense Anastasio Somoza Debayle, a quien Stroessner dio refugio, hizo tambalear la frágil seguridad en la que vivía el Paraguay, al demostrarse que el hombre fuerte de América Latina en realidad no era tal, incluso para justificar la acción de los mediocres equipos de seguridad, se acusó falsamente a un periodista chileno de haber asesinado al ex dictador nicaraguense, este periodista chileno pasó varios años en la carcel injustamente, siendo liberado por la presión del gobierno chileno de la época, el cual lugo de este incidente colaboró en profesionalizar las tareas de inteligencia y seguridad. Su amistad con los Estados Unidos continuó durante muchos años, hasta que el gobierno de Ronald Reagan comenzó a boicotear al régimen y al país, debido al fin de la Guerra Fría, en la cual la política estadounidense sostenía dictaduras militares anticomunistas en América Latina, así mismo el caracter estatista en lo económico del gobierno de Stroessner. Sin embargo, siguió recibiendo dinero de ese país, cargándolo a la ya abultada deuda externa.
durante su régimen fueron asesinadas entre 3000 y 4000 personas, debido a sus tácticas de mano dura contra la disidencia, en especial a los comunistas, empleando la tortura, el secuestro, asesinatos políticos y el crecimiento de la corrupción.