viernes, 25 de diciembre de 2009
jueves, 24 de diciembre de 2009
martes, 22 de diciembre de 2009
martes, 15 de diciembre de 2009
lunes, 14 de diciembre de 2009
domingo, 13 de diciembre de 2009
La soja transgénica en América Latina: una maquinaria de hambre, deforestación y devastación socioecológica
Entre los múltiples impactos de la expansión sojera se destaca la reducción de la seguridad alimentaria de los países productores al destinarse a su cultivo la tierra que previamente se utilizaba para la producción lechera, granos o fruticultura. Mientras estos países continúen impulsando modelos neoliberales de desarrollo y respondan a las señales de los mercados externos y a la economía globalizada, la rápida proliferación de la soja seguirá creciendo y, por supuesto, lo harán también sus impactos ecológicos y sociales asociados
Por noveno año consecutivo la industria biotecnológica y sus aliados festejan una continua expansión de los cultivos transgénicos, que llegó a una tasa del 20%, superando incluso la de 2003 de 15%. El área global estimada de cultivos liberados comercialmente en 2004 fue de 81 millones de hectáreas, lo que se considera un triunfo ya que alcanzaron a 22 países y donde lo que destacan es que los cultivos transgénicos lograron las expectativas de millones de grandes y pequeños agricultores tanto en países industrializados como en aquellos en vías de desarrollo. También resaltan que los cultivos transgénicos han traído beneficios a los consumidores y a la sociedad en su conjunto, al brindar comidas mejor elaboradas, alimento y fibras que requieren menos agroquímicos y por tanto un ambiente más sustentable (James, 2004).
Es difícil imaginar de qué manera esta expansión de la industria biotecnológica está viniendo a resolver las necesidades de los pequeños agricultores o los consumidores, cuando el 60% del área global con plantas transgénicas (48,4 millones de hectáreas) está dedicada a la soja resistente a herbicidas (sojas Roundup Ready), un cultivo sembrado mayormente por agricultores de gran escala para exportación (y no de consumo local) y que, por otro lado, es utilizado en los países importadores para alimentación animal y producción cárnica que se consume principalmente por los sectores más pudientes y mejor alimentados de estos países.
En América Latina, los países productores de soja (transgénica y convencional) incluyen a Argentina, Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay. Esta expansión de la soja está motorizada por los buenos precios internacionales, el apoyo de los gobiernos y el sector agroindustrial y la demanda de las naciones importadoras, especialmente China, convertida hoy en día en el mayor importador de la soja y sus derivados, un mercado que impulsa la rápida proliferación de la producción de esta oleaginosa.
La expansión del complejo sojero está acompañada por un aumento importante de la logística y el transporte, junto con grandes proyectos de infraestructura que conllevan a una cadena de eventos que destruyen los hábitats naturales de grandes áreas, además de la deforestación directamente causada por la expansión de tierras para el cultivo de soja. En Brasil, los beneficios de la soja justificaron la refacción, mejora o construcción de ocho hidrovías, tres líneas ferroviarias y una extensa red de carreteras que traen insumos agropecuarios y se llevan la producción agrícola.
El proceso atrajo a otras inversiones privadas para la forestación, minería, ganadería extensiva y otras prácticas con severos impactos sobre la biodiversidad, aún no contemplados por ningún estudio de impacto ambiental (Fearnside, 2001). En la Argentina, el cluster agroindustrial de transformación de la soja en aceites y pellets se concentra en la zona de Rosafé sobre el río Paraná, el área más grande de transformación sojera a escala planetaria, con toda la infraestructura asociada y los impactos ambientales que ello implica.
Para los años inmediatos, el sector agrícola argentino se ha planteado el objetivo de alcanzar los 100 millones de toneladas de granos, lo que requerirá del incremento del área sembrada con soja hasta 17 millones de hectáreas.
Expansión sojera y deforestación
El área de tierra dedicada a la producción sojera ha crecido a una tasa anual del 3,2%, y la soja ocupa actualmente una superficie más grande que todo otro cultivo en Brasil, con el 21% del total de la tierra cultivada. Desde 1995 el área sembrada aumentó en 2,3 millones de hectáreas, a un promedio de 320.000 hectáreas por año. Desde 1961, el incremento en superficie creció 57 veces y el volumen producido lo hizo 138 veces. La soja paraguaya, se sembró sobre más del 25% de toda la tierra agríc ola, y en la Argentina el promedio sembrado alcanzó en 2005 los quince millones de hectáreas con una producción de 38,3 millones de toneladas.
Esta expansión se produce de manera drástica afectando directamente a los bosques y otros hábitats relevantes. En Paraguay, una porción de la selva paranaense está siendo deforestada (Jasón, 2004). En Argentina, 118.000 hectáreas han sido desmontadas en cuatro años (1998/02) para la producción de soja en el Chaco, 160.000 en Salta y un récord de 223.000 en Santiago del Estero. La "pampeanización", el proceso de importación del modelo industrial de la agricultura pampeana sobre otras ecoregiones "que no son Pampa", como el Chaco, es el primer paso de un sendero expansivo que pone en riesgo la estabilidad social y ecológica de esta ecoregión tan lábil (Pengue, 2005 b). En el noreste de la provincia de Salta en 2002/03, el 51% de la soja sembrada (157.000 hectáreas) correspondía a lo que en 1988/89 eran todavía áreas naturales (Paruelo, Guerscham y Verón, 2005). En Brasil los Cerrados y las sabanas están sucumbiendo, víctimas del arado, a pasos agigantados.
Soja, expulsión de pequeños agricultores y pérdida de la seguridad alimentaria
Los promotores de la industria biotecnológica siempre citan a la expansión del área sembrada con soja como una forma de medir el éxito de la adopción tecnológica por parte de los agricultores. Pero estos datos esconden el hecho que la expansión sojera conlleva a extremar la demanda por tierras y a una concentración de los beneficios en pocas manos. En Brasil, el modelo sojero desplaza a once trabajadores rurales por cada uno que encuentra empleo en el sector. El dato no es novedoso, ya que desde los setenta 2,5 millones de personas fueron desplazadas por la producción sojera en el Estado de Paraná y 300.000 en Rio Grande do Sul. Muchos de estos sin tierra se movieron hacia el Amazonas donde deforestaron selvas tropicales presionados por fuerzas estructurales y el entorno. Por otro lado, en los Cerrados, donde la soja transgénica está expandiéndose, el índice de desplazamiento es más bajo porque el área no estaba ampliamente poblada previamente (Donald, 2004).
En Argentina, la situación es bastante dramática ya que mientras el área sembrada con soja se triplicó, prácticamente 60.000 establecimientos agropecuarios fueron desapareciendo sólo en Las Pampas. En 1988 había en toda la Argentina un total de 422.000 establecimientos que se redujeron a 318.000 en 2002 (un 24,6%). En una década el área productiva con soja se incrementó un 126% a expensas de la tierra que se dedicaba a lechería, maíz, trigo o a las producciones frutícola u hortícola.
Durante la campaña 2003/04, 13,7 millones de hectáreas fueron sembradas a expensas de 2,9 millones de hectáreas de maíz y 2,15 millones de hectáreas de girasol (Pengue, 2005).
A pesar que la industria biotecnológica resalta los importantes incrementos del área cultivada con soja y más que la duplicación de los rendimientos por hectárea, consideradas como un éxito económico y agronómico, para el país esa clase de aumentos implica más importación de alimentos básicos, además de la pérdida de la soberanía alimentaria, y para los pequeños agricultores familiares o para los consumidores esa clase de incrementos sólo implica un aumento en los precios de los alimentos y más hambre (Jordan, 2001).
La expansión de la soja en América Latina está también relacionada con la biopiratería y el poder de las multinacionales. La manera en que en el período 2002/04 se sembraron millones de hectáreas de soja transgénica en Brasil (mientras existía una moratoria en contrario) hace que nos preguntemos cómo las corporaciones se manejaron en esas instancias de prohibición para sin embargo alcanzar tal expansión de sus productos en las naciones en vía de desarrollo.
En los primeros años de la liberación comercial de la soja transgénica en Argentina, la compañía Monsanto no cobraba por el fee tecnológico a los agricultores para utilizar la tecnología transgénica en sus semillas. Hoy en día, que la soja transgénica y el glifosato se han instalado como insumos estratégicos para el país, los agricultores quedaron atrapados, ya que la multinacional está presionando al gobierno, haciendo reclamos por el pago de sus derechos de propiedad intelectual. Esto, a pesar del hecho que Argentina es signataria del convenio UPOV 78, que permite a los agricultores guardar semilla para uso propio en la campaña agrícola siguiente. Por otro lado, los agricultores paraguayos negociaron un acuerdo con Monsanto por el que pagarán a la multinacional 2 dólares americanos por tonelada. La tendencia en el control de las semillas que utilizan los agricultores está creciendo, a pesar que las compañías prometían a principios de los noventa no cobrar cargos por patentes a los agricultores, momento en que el cultivo transgénico se estaba expandiendo.
El cultivo de soja y la degradación de los suelos
El cultivo de soja tiende a erosionar los suelos, especialmente en aquellas situaciones donde no es parte de rotaciones largas. La pérdida de suelos alcanza las 16 toneladas por hectárea en el medio oeste de los Estados Unidos, un valor que podría llegar a valores entre 19 y 30 toneladas por hectárea en Brasil o la Argentina, en función del manejo, la pendiente del suelo o el clima. La siembra directa puede reducir la pérdida de suelos, pero con la llegada de las sojas resistentes a los herbicidas muchos agricultores se han expandido hacia zonas marginales altamente erosionables o son sembradas en forma recurrente año tras año, fomentando el monocultivo. Los agricultores creen erróneamente que con la siembra directa no habría erosión, pero los resultados de la investigación demuestran que a pesar del incremento de la cobertura del suelo, la erosión y los cambios negativos que afectan a la estructura de los suelos, pueden resultar sustanciales en tierras altamente erosionables si la cobertura del suelo por rastrojo es reducida. El rastrojo dejado por la soja es relativamente escaso y no puede cubrir correctamente el suelo si no existe una adecuada rotación entre cereales y oleaginosas.
La monocultura sojera en gran escala ha inutilizado los suelos amazónicos. En lugares con suelos pobres, después de sólo dos años de agricultura se necesitan aplicar intensamente fertilizantes y piedra caliza. En Bolivia, la producción sojera se expande hacia el este haciendo que ya muchas de esas áreas de producción estén compactadas o exhiban severos problemas de degradación de suelos. Cien mil hectáreas de suelos exhaustos por la soja fueron dejadas al ganado, que también bajo esta circunstancia es altamente degradante. A medida que abandonan los suelos, los agricultores buscan nuevas regiones donde otra vez volverán a plantar soja, repitiendo así el círculo vicioso de la degradación.
En Argentina, la intensificación de la producción sojera ha llevado a una importante caída en el contenido de nutrientes del suelo. La producción continua de soja ha facilitado la extracción, sólo en el año 2003, de casi un millón de toneladas de nitrógeno y alrededor de 227.000 de fósforo. Sólo para reponer a estos dos nutrientes, en su equivalente de fertilizante comercial, se necesitarían unos 910 millones de dólares (Pengue, 2005). Los incrementos de nitrógeno y fósforo en varias regiones ribereñas se encuentran ciertamente ligados a la creciente producción sojera en el marco de las cuencas de varios importantes ríos sudamericanos.
Un factor técnico importante en la expansión de la producción sojera brasileña se debió al desarrollo de combinaciones soja-bacteria con conocidas características simbióticas que le permitían la producción sin fertilizantes. Esta ventaja productiva de la soja brasileña puede rápidamente desaparecer a la luz de los reportes sobre los efectos directos del herbicida glifosato sobre la fijación bacteriana del nitrógeno (Rhizobium), que potencialmente obligaría a la soja a depender de la fertilización nitrogenada mineral. Asimismo, la práctica actual de convertir los pastizales hacia soja resulta en una reducción económica de la importancia del Rhizobium, haciendo nuevamente que se deba recurrir al nitrógeno sintético.
Monocultura sojera y vulnerabilidad ecológica
La investigación ecológica sugiere que la reducción de la diversidad paisajística devenida por la expansión de las monoculturas a expensas de la vegetación natural, ha conducido a alteraciones en el balance de insectos plagas y enfermedades. En estos paisajes, pobres en especies y genéticamente homogéneos, los insectos y patógenos encuentran las condiciones ideales para crecer sin controles naturales (Altieri y Nicholls, 2004). El resultado es un aumento en el uso de agroquímicos los que, por supuesto, luego de un tiempo ya dejan de ser efectivos, debido a la aparición de resistencia o trastornos ecológicos típicos de la aplicación de pesticidas. Además, los agroquímicos conducen a mayores problemas de contaminación de suelos y polución de aguas, eliminación de la biodiversidad y envenenamiento humano.
En la Amazonia brasileña las condiciones de alta humedad y temperaturas cálidas inducen al desarrollo de poblaciones y ataques fúngicos, con el consiguiente incremento en el consumo de fungicidas. En las regiones brasileñas dedicadas a la producción sojera se incrementaron los casos de cancrosis (Diaporthe phaseolorum) y del síndrome de la muerte súbita (Fusarium solani). La roya asiática de la soja (Phakopsora pachyrhizi) es una nueva enfermedad cuyos efectos se incrementan en Sudamérica, motorizados por las condiciones ambientales favorables (por ejemplo, humedad) sumados a la uniformidad genética de cultivos en monocultura. Nuevamente la roya comanda el incremento en las aplicaciones de fungicidas. Desde 1992 más de dos millones de hectáreas fueron afectadas por el nematodo del quiste de la soja (Heterodera glycines). Muchas de estas enfermedades pueden ligarse a la uniformidad genética y al aumento de la vulnerabilidad por la monocultura sojera, pero también a los efectos directos del herbicida glifosato sobre la ecología del suelo, a través de la depresión de las poblaciones micorríticas y la eliminación de antagonistas que mantienen a muchos patógenos del suelo bajo control (Altieri, 2004).
El 25% del total de agroquímicos consumidos en Brasil se aplican a la soja, la que recibió en 2002 alrededor de 50.000 toneladas de pesticidas. Mientras el área sojera se expande rápidamente también lo hacen los agroquímicos, cuyo consumo crece a una tasa del 22% anual. Mientras los promotores de la biotecnología argumentan que con una sola aplicación del herbicida es suficiente durante la temporada del cultivo, por otro lado comienzan a presentarse estudios que demuestran que con las sojas transgénicas se incrementan tanto el volumen como la cantidad de aplicaciones de glifosato. En Estados Unidos el consumo de glifosato pasó de 2,9 millones de kilos en 1995 a 19,0 millones en el año 2000, siendo actualmente aplicado sobre el 62% de las tierras destinadas a la producción de soja. En la campaña 2004/05 en Argentina las aplicaciones con glifosato alcanzaron los 160 millones de litros de producto comercial. Se espera un incremento aún mayor en el uso de este herbicida, a medida que las malezas comiencen a tornarse tolerantes al glifosato.
Los rendimientos de la soja transgénica en la región promedian los 2,3 a 2,6 toneladas por hectárea, alrededor de un 6% menos que algunas variedades convencionales, rendimiento sustancialmente más bajo en condiciones de sequía. Debido a los efectos pleiotrópicos las sojas transgénicas sufren pérdidas 25% superiores con respecto a sus pares convencionales (por ejemplo, quebraduras de tallos bajo stress hídrico).
En Río Grande do Sul durante la sequía del 2004/05 se perdió el 72% de la producción de soja transgénica, estimándose una caída del 95% en las exportaciones, con consecuencias económicas severas. Aproximadamente un tercio de los agricultores quedaron endeudados y no pueden hacer frente a sus obligaciones con el gobierno y las empresas.
Otras consideraciones ecológicas
Con la creación de cultivos transgénicos tolerantes a sus propios herbicidas las compañías biotecnológicas pueden expandir sus mercados para sus propios agroquímicos patentados. En 1995, los analistas daban un valor de mercado para los cultivos tolerantes a herbicidas de 75 millones de dólares, que ascendieron a 805 millones en el año 2000.
Globalmente, en 2002 las sojas resistentes al glifosato ocupaban 36.500.000 hectáreas, convirtiéndose en el cultivo transgénico número uno en términos de área sembrada (James, 2004). El glifosato es más barato que los otros herbicidas, y a pesar de la reducción general en su utilización los resultados obtenidos indican que las compañías venden más herbicidas (especialmente glifosato) que antes. La utilización recurrente del herbicida glifosato (llamado Roundup Ready, como marca comercial de Monsanto) sobre los cultivos tolerantes al mismo puede acarrear serios problemas ecológicos.
Se encuentra bien documentado el hecho que un único herbicida aplicado repetidamente sobre un mismo cultivo puede incrementar fuertemente las posibilidades de aparición de malezas resistentes. Se han reportado alrededor de 216 casos de resistencia en varias malezas a una o mas familias químicas de herbicidas (Rissler y Mellon, 1996).
A medida que aumenta la presión de la agroindustria para incrementar las ventas de herbicidas y se incrementa el área tratada con herbicidas de amplio espectro, los problemas de resistencia se exacerban. Mientras el área tratada con glifosato se expande, el incremento en la utilización de este herbicida puede resultar, aún lentamente, en la aparición de malezas resistentes. La situación ya ha sido documentada en poblaciones australianas de rye grass anual (Lolium multiflorum), Agropiro (Agropyrum repens), lotus de hoja ancha o trébol pata de pájaro (Lotus corniculatus), Cirsium arvense y Eleusine indica (Altieri, 2004). En Las Pampas de Argentina, ocho especies de malezas, entre ellas dos especies de Verbena y una de Ipomoea, ya presentan tolerancia al glifosato (Pengue, 2005).
La resistencia a los herbicidas se convierte en un problema complejo cuando el número de modos de acción del herbicida a los cuales son expuestas las malezas se reducen más y más, una tendencia que las sojas transgénicas refuerzan en el marco de las presiones del mercado. De hecho, algunas especies de malezas pueden tolerar o "evitar" a ciertos herbicidas, como sucedió por ejemplo en Iowa donde las poblaciones de Amaranthus rudis presentaron atraso en su germinación y "escaparon" a las aplicaciones planificadas del glifosato. También el mismo cultivo transgénico puede asumir el rol de maleza en el cultivo posterior. Por ejemplo en Canadá, con las poblaciones espontáneas de canola resistentes a tres herbicidas (glifosato, imidazolinonas y glufosinato), se ha detectado un proceso de resistencia "múltiple", donde ahora los agricultores han tenido que recurrir nuevamente al 2,4 D para controlarla. En el nordeste de Argentina las malezas no pueden ser ya controladas adecuadamente, por lo que los agricultores recurren nuevamente a otros herbicidas que habían dejado de lado por su mayor toxicidad, costo y manejo.
Las compañías biotecnológicas argumentan que cuando los herbicidas son aplicados correctamente no producen efectos negativos ni sobre el hombre ni sobre el ambiente. Los cultivos transgénicos a gran escala favorecen aplicaciones aéreas de herbicidas y muchos de sus residuos acumulados afectan a microorganismos como los hongos micorríticos o la fauna del suelo. Pero las compañías sostienen que el glifosato se degrada rápidamente en el suelo y no se acumula en los alimentos, agua o el propio suelo. El glifosato ha sido reportado como tóxico para algunos organismos del suelo, sean controladores benéficos como arañas, ácaros, carábidos y coccinélidos o detritívoros como las lombrices y algunas especies de la microfauna. Existen reportes que el glifosato también afecta a algunos seres acuáticos como los peces y que incluso actúa como disruptor endocrinológico en anfibios. El glifosato es un herbicida sistémico (se desplaza por el floema) y es conducido a todas las partes de la planta, incluidas aquellas que son cosechables. Esto es preocupante ya que se desconoce exactamente cuánto glifosato se presenta en los granos de maíz o soja transgénicos, ya que las pruebas convencionales no lo incluyen en sus análisis de residuos de agroquímicos. El hecho es, que es sabido que éste y otros herbicidas se acumulan en frutos y otros órganos dado que sufren escasa metabolización en la planta, lo que genera la pertinente pregunta acerca de la inocuidad de alimentos tratados, especialmente ahora que más de 37 millones de libras del herbicida son utilizadas solamente en los Estados Unidos (Risller y Mellon, 1996). Aún en el caso de ausencia de efectos inmediatos, puede tomar hasta cuarenta años a un carcinógeno potencial actuar en una suficiente cantidad de personas para ser detectado como un causal.
Por otro lado, las investigaciones han demostrado que el glifosato parece actuar de manera similar a los antibióticos en la alteración de la biología del suelo por un camino desconocido y produciendo efectos como:
- reducción de la habilidad de las sojas o el trébol para la fijación de nitrógeno;
- tornando a plantas de poroto (frijol) más vulnerables a las enfermedades; y
- reduciendo el desarrollo de hongos micorríticos, que son una puerta de acceso a la extracción de fósforo del suelo.
En evaluaciones de los efectos de cultivos resistentes a herbicidas recientemente realizadas en el Reino Unido, los investigadores demostraron que la reducción de biomasa en malezas, floración y semillas, dentro y alrededor de campos de remolacha y canola (o colza) resistentes a herbicidas, implicó cambios en la disponibilidad de recursos alimenticios para insectos, con efectos secundarios que resultaron en la reducción sustancial de varias especies de chinches, lepidópteros y coleópteros. Los datos dan cuenta también de una reducción de los coleópteros predadores que se alimentan de semillas de malezas en campos transgénicos. La abundancia de invertebrados que son fuente alimenticia de mamíferos, aves u otros invertebrados se demostró más baja en campos de remolacha o canola transgénica.
La ausencia de malezas en floración en campos transgénicos puede traer serias consecuencias sobre los insectos benéficos (predadores de plagas y parasitoides), que requieren polen y néctar para sobrevivir en el agroecosistema. La reducción de los enemigos naturales conduce inevitablemente a agravar los problemas de plagas insectiles.
Conclusiones
La expansión de la soja en América Latina representa una reciente y poderosa amenaza sobre la biodiversidad del Brasil, Argentina, Paraguay, Bolivia y Uruguay.
La soja transgénica es ambientalmente mucho más perjudicial que otros cultivos porque además de los efectos directos derivados de los métodos de producción, principalmente del copioso uso de herbicidas y la contaminación genética, requiere proyectos de infraestructura y transporte masivo (hidrovías, autopistas, ferrovías y puertos) que impactan sobre los ecosistemas y facilitan la apertura de enormes extensiones de territorios a prácticas económicas degradantes y actividades extractivistas.
La producción de sojas resistentes a los herbicidas conlleva también a problemas ambientales como la deforestación, la degradación de suelos, polución con severa concentración de tierras e ingresos, expulsión de la población rural a la frontera amazónica o áreas urbanas, fomentando la concentración de los pobres en las ciudades.
La expansión sojera distrae también fondos públicos que podrían haber sido destinados a la educación, la salud o la investigación de métodos agroecológicos alternativos de producción.
Entre los múltiples impactos de la expansión sojera se destaca la reducción de la seguridad alimentaria de los países productores al destinarse a su cultivo la tierra que previamente se utilizaba para la producción lechera, granos o fruticultura. Mientras estos países continúen impulsando modelos neoliberales de desarrollo y respondan a las señales de los mercados externos (especialmente China) y a la economía globalizada, la rápida proliferación de la soja seguirá creciendo y, por supuesto, lo harán también sus impactos ecológicos y sociales asociados.
Referencias
Altieri, M.A., 2004 Genetic engineering in agriculture: the myths, environmental risks and alternatives. Food First Books, Oakland.
Altieri, M.A. y C. I. Nicholls 2004 Biodiversity and pest management in agroecosystems. Haworth Press, New York.
Donald, P.F. 2004 Biodiversity impacts of some agricultural commodity production systems. Conservation Biology 18:17-37.
Fearnside, P.M. 2001 Soybean cultivation as a threat to the environment in Brazil. Environmental Conservation 28:23-28.
James, C 2004 Global review of commercialized transgenic crops: 2004. International Service for the Acquisition of Agri-Biotech Application Briefs No 23-2002. Ithaca, New York.
Jason, C. 2004 World agriculture and the environment. Island Press. Washington.
Jordan, J.F. 2001 Genetic engineering, the farm crisis and world hunger. BioScience 52: 523-529.
Paruelo, J., Guerscham, J. y Veron, S. 2005. Expansión agrícola y cambios en el uso del suelo. Ciencia Hoy. Vol. 15. No. 87. Buenos Aires.
Pengue, W. A. 2005 Transgenic crops in Argentina: the ecological and social debt. Bulletin of Science, Technology and Society 25: 314-322.
Pengue, W.A. 2005 (b). Agricultura industrial y transnacionalización en América Latina. ¿La transgénesis de un continente? PNUMA-UNEP. México.
Rissler, J. y M. Mellon. 1996 The ecological risks of engineered crops . MIT Press, Cambridge, Mass.
Miguel A. Altieri y Walter A. Pengue: Investigadores de la Universidad de California, Berkeley, Estados Unidos, y la Universidad de Buenos Aires, Argentina, respectivamente.
jueves, 10 de diciembre de 2009
Todas las derechas del mundo son unas farsantes.
Todas las derechas del mundo son unas farsantes: Control para todos y para ellas indulgencia. Si el estado entrega dinero a colegios privados, sólo faltaría que no se le diera voz en el entierro o no tuviese derecho a supervisarlos. Realizan un servicio público y el principal encargado de velar por que no se estafe a la gente o se eduque en la vanidad de la élite, no puede decir ni mú. La democracia tiene derecho a inmiscuirse en los centros de educación, les entregué o no dinero, como debe inmiscuirse, sin estorbar, en cualquier empresa capitalista o no. ¿Acaso el capitalismo produce para el autoconsumo y no sirve a ningún público? ¿Acaso se pueden contaminar ríos, o el aire o adulterar productos o su calidad , y alterar artificialmente los resultados económicos para defraudar a hacienda ,y la democracia, estado o gobierno, en fin la sociedad en su conjunto, representada por un gobierno electo, tiene que cruzarse de brazos? Cuando se produzca una contaminación masiva, como en España por el aceite de colza, hace ya más de 20 años, entonces si se apuntará la oposición de turno a culpar a los políticos en el poder de dejadez y demás acusaciones. Una empresa puede ser propiedad de cualquiera pero ese cualquiera no tiene ningún derecho a hacer lo que se le antoje, como ningún individuo. Se me antojó violar a fulanita.Se me antojo doblar las matanzas realizadas por el enemigo para asesinar sin pudor a quienes sueñan con un mundo mejor. Se me antojo violar a Irak o liberar a Posada mientras han muerto miles de personas porque Afganistán no entregó a Bin Laden. Como si el Omar hubiese podido entregar a su jefe sin que le cortasen la cabeza al instante.
El poder puede corromper, el del emperador y compañía huele a podrido a miles de kilómetros. La canalla imperialista apesta el planeta. Bin Laden y Stalin son el Cid campeador con los que el imperio excusa sus crímenes y sigue ganando la batalla de la propaganda.
El cliente manda y también las empresas que realizan propaganda en cualquier diario de gran tirada o significativa. Los periódicos no son otra cosa que la voz del amo y la mayoría de los periodistas son poco más que perritos creídos gigantes y llenos de vanidad. En verdad, pobres desgraciados autoalienados, cuando no hijos de un papá explotador, usados para ladrar y morder a quien el amo ordena. Se vive de la noticia, supuesta información, porque es el principal alimento del cerebro , mejor dicho, para lavarlo y no ser consciente de ello. Cuando los poderosos de la economía regalan algo debe ser por un motivo no muy noble. Quien te hace fiesta sin venir a cuento, algo busca.
En este caso, a caballo regalado mírale el diente, puede ser de cobra.
Para el capitalismo somos ratones y el tercer mundo aportó la mayor cantidad de ellos y esas cifras de cebra no cuenta de dónde parte algunas y tampoco con que al final del año en esos países no se dividen las fortunas como lo hacen los creadores de estadisticas. En España hay 8 millones personas en la pobreza, según caritas. En esos países también hay escuálidos, pero la izquierda a gobernado muchos años y gracias a los impuestos creó un estado de bienestar, tolerado por el capitalismo para joder a la URSS y perjudical a los dos grandes partidos comunistas de los años de la postguerra, El Francés y el italiano. Eso no se debe interpretar como una traición socialdemócrata, es que no quedaba otra alternativa para satisfacer las necesidades de las clases sociales más necesitadas y sin recursos. Además, la propaganda capitalista era terrible y muy dificil de superar sus mentiras y exageraciones. Sí, aprovechó Estados Unidos el que lleve 140 años sin guerra en su territorio. Por eso exporta la guerra y hace negocio con la muerte. Clase dominante carroñera gobierna a ese pueblo.
Lo de ratones es porque nos ponen la trampa de un crédito barato, variable es su nombre, y una vez que se nos otorga vienen los problemas. Cierran la trampilla y los suben a voluntad, disfrazada de autonomía del banco central, y nos vemos obligados a pagar todo lo que jamás podríamos imaginar. Así nació gran parte de la deuda externa que a tantos países ha esquilmado, para jolgorio de 4 tontos y para pagar parte de los gastos del presupuesto militar de los Estados Unidos. En menos de unos años doblaron sus presupuestos militares.
A algunos debería denominarse mejor como mister prejuicio,
Abogados y pre juicios, cliente desollado.
Algunos no se les abre la mente ni con abrebotellas. La avaricia rompe el saco y quizá nos joda el planeta. Todo el mundo descalifica al socialismo por inviable y nadie se cóomo acabó la población soviética la segunda guerra mundial y cómo la Estadounidense? ¿Tú sabes que todo eso que cuentas se debió a que los Estados Unidos no vieron afectada a su población civil en una guerra en la que murieron casi 50 millones de personas. Así que tú eres de los que crees que el que gana una batalla porque tenía superioridad clara en todos los aspectos y todo por su situación geoestratégica lejana de los principales campos de batalla y de sus contendientes militares.Te lo explico mejor: vamos tres personas por un camino,y nos encontramos con dos enemigos. Nos enfrascamos en una batalla y acaba con la muerte de los enemigos y los tres ganadores quedan como sigue: El soviético gravemente herido, el inglés algo magullado y el yanki tal y como si no hubiese lucha alguna y con la tecnología nuclear en sus manos. Ahora, al herido se le abandona a su suerte y se le intenta atacar desde todos los angulos sin piedad, con argumentos de todo tipo y mentiras de todo tipo. Vamos,pura calumnia Shakespeariana en vivo. en fin, bastante tuvo con resistir 45 años el único que en la segunda guerra mundial obtuvo una victoria pírrica.Incluso Fidel dijo que en durante esa guerra los yankis se hicieron con todo el oro del mundo, grandes ganancias, y la URSS quedó destrozada. A los burgueses esto último no les gusta que se les recuerde. Vea usted, forista, competir con ventaja o ganar una partida no nos hace más justos.El stalinismo también hizo mucho daño al socialismo, la evidencia es que tú crees que stalinismo es socialismo o que el fracaso soviético fue un fracaso socialista. ¿Eliminar camaradas tiene mucho de socialista? ¿tiene mucho de cristiano asesinar cátaros o herejes de otro tipo? Lo tuyo parte de prejuicios y ellos te inducen a errar en tus análisis.
Los efectos del cambio climático
Los efectos del cambio climático podrían provocar conflictos a escala global tan graves como las dos guerras mundiales pero de mayor duración, según un reciente estudio del Royal United Services Institute, un destacado ‘think tank’ británico especializado en cuestiones militares. Su informe vaticina que el calentamiento global provocará un cambio en el mapa geopolítico, obligando a ciertos países a reconsiderar sus intereses nacionales y a cambiar los vínculos actuales. Otros, los subdesarrollados, serán incapaces de enfrentarse al calentamiento global por la escasez de agua y la crisis de alimentos.
“Nos estamos preparando para un coche bomba, no para el 11 S”, afirma Nick Mabey, autor del estudio. Advierte que las respuestas actuales ante las amenazas del cambio climático son “lentas e inadecuadas” porque los gobiernos no se están preparando para el peor de los escenarios posibles.
Mabey, ex miembro del Grupo Estratégico del Primer Ministro Británico, señala que si el mundo quiere evitar las peores consecuencias del cambio climático debe multiplicar por diez los gastos anuales en investigación energética, hasta alcanzar los 20.000 millones de dólares.
“Si el cambio climático no se alivia y sobrepasa el límite medioambiental, será el propulsor de conflictos entre distintos países y dentro de ellos. (…) El suministro de energía, por ejemplo, dependerá cada vez más de alianzas con otros grandes consumidores, como China, para desarrollar y utilizar nuevas tecnologías, y menos de las relaciones con países productores de petróleo”, afirma.
Los efectos económicos
El informe del RUSI sale a la luz poco después de que Lord Stern, ex economista jefe del Banco Mundial, haya reconocido que subestimó las consecuencias económicas del fenómeno en la valoración que realizó en 2006 para el Gobierno británico.
Además, el impacto del cambio climático empeorará las condiciones de vida en los países subdesarrollados, especialmente en aquellos en los que ya hay una guerra en curso o inestabilidad política. Sus peores consecuencias provocarán un alto riesgo de que estalle un conflicto armado en 46 Estados, lo que significa una población total de 2.700 millones de personas, según un estudio de International Alert. Su mapa sitúa las zonas de riesgo en el sur de Asia, casi toda África -incluido Marruecos y Argelia- o Sudamérica. Mientras, otros 56 países deberán superar graves crisis internas.
No obstante, para otros analistas, este enfoque requiere algunas consideraciones. El último anuario sobre conflictos de la Escola de Cultura de Pau señala que la correlación entre escasez de recursos y conflictos no está probada: “Aunque es un elemento presente (…) su carácter esencial lo convierte en fácilmente instrumentalizable en base a componentes políticos, identitarios o religiosos”.
domingo, 6 de diciembre de 2009
Un presidente de guerra
Eduardo Ibarra Aguirre
Alai-amlatina
De muy poco le sirvió el premio Nobel de la Paz 2009 a Barack Hussein Obama, para tomar la primera gran decisión a su cargo sobre un país ocupado militarmente por Estados Unidos, como es Afganistán desde el 7 de octubre de 2001, con la denominada, paradójicamente, Operación libertad duradera.
El abogado de Chicago optó, para decirlo en palabras del cineasta Michael Moore, por ser “un presidente de guerra”, al asumir como propio el escenario más militarista de los cuatro que le presentaron los hombres y mujeres de la Casa Blanca, el Pentágono y su Partido Demócrata, al ordenar el envío de 30 mil soldados más.
No se anduvo por las ramas el otrora senador por Illinois para encarar el año más difícil en Afganistán y costoso en soldados estadounidenses muertos --299 en lo que va de 2009, de un total de 924--, de caída vertiginosa del apoyo ciudadano a su gestión presidencial y sus políticas imperiales frente a Irak –con 4 mil 367 soldados fallecidos-- y la República Islámica, que pasó de 56 a 35 por ciento de respaldo, de acuerdo a la encuesta más reciente de Gallup.
La trascendente decisión de Barack Hussein no sólo pronunciará más la división de la opinión pública de un país que no supera los embates de la crisis económica y financiera –generada por la voracidad criminal de una plutocracia que las exportó al orbe-- y empobreció a las mayorías, al punto de que “niños estadunidenses están durmiendo en las calles (Moore dixit), sino que mina a su propia base social y electorado.
Por ejemplo, la agrupación política cibernética moveon org --clave en promover la elección de Obama--, llamó a cientos de miles de sus miembros a pronunciarse, vía electrónica, ante la Oficina Oval para criticar la decisión equivocada al “profundizar nuestro involucramiento en un pantano”.
La revisión superficial de la milenaria historia de Tierra de los afganos y mucho antes Ariana, arroja que se ganó a pulso el nombre de Cementerio de los imperios, en virtud de lo ocurrido allí a Genghis Khan y el imperio mongol, al imperio británico (1919), la Unión Soviética (1989) y el pantano (2009) que describen los aún partidarios del carismático presidente, atributo que no le sirvió a la hora de enfrentar a los gigantescos intereses del complejo militar- industrial, a los exportadores de la floreciente industria de la amapola afgana y a Los señores de la guerra.
Dos vicepresidentes del país son los generales tayikos Mohammed Qasim Fahim y Karim Khalili, quienes al igual que el asesor militar uzbeco Abdul Rashid Dostum, están acusados de asesinar a más de 2 mil combatientes islámicos por asfixia, después de la ocupación de esa martirizada nación centroasiática. Y del crimen no es ajeno Washington.
Los señores de la guerra disponen de una fuerza paramilitar responsabilizada de asesinatos, pillajes, secuestros de etnias rivales, en abierta violaciones de las leyes humanitarias internacionales en las regiones donde operan dirigidas por esos caudillos, como recuerda Manuel Navarro Escobedo.
Los planes militares adelantados por el comandante en jefe de las tropas de USA y la Organización del Tratado del Atlántico Norte, general Stanley McChrystal, contemplan la inclusión de los “leales grupos armados seguidores de los líderes que ostentan los poderes regionales”.
Esos Señores de la guerra se consideran protagonistas políticos en áreas con escasa o ninguna autoridad central de la que encabeza el presidente Hamid Karzai, producto de un escandaloso fraude electoral y quien en su afán de reelegirse buscó el apoyo de esos personajes vinculados a crímenes de guerra, corrupción y narcotráfico como denunció The New York Times.
Por el contrario, lo anterior para Obama es parte de “la noble lucha por la libertad” que ha marcado la historia de Estados Unidos.
Fuente: http://alainet.org/active/34856
sábado, 5 de diciembre de 2009
Rumores de golpe acechan a Paraguay
Los rumores de un intento de golpe de Estado en Paraguay siguen cobrando fuerza y muchos líderes latinoamericanos ya expresaron su preocupación.
El Partido Colorado, que dominó durante seis décadas el poder en Paraguay, está decididamente interesado en deshacer el proyecto político que encabeza el ex obispo católico Fernando Lugo, quien ganó las elecciones el 20 de abril del año pasado, rompiendo una hegemonía que parecía inmodificable.
Los motivos de la oposición conservadora y de los sectores tradicionalmente más beneficiados de la sociedad paraguaya para derribar a Lugo son bastante evidentes.
Paraguay figura en la lista de los países con mayor desigualdad social y económica. El sector más postergado se localiza en el área rural donde habita el 47 por ciento de la población. De ese 47 por ciento, el 70 por ciento son pobres y el 30 restante vive en la pobreza extrema.
Si se analiza la distribución de la riqueza, encontramos que el 20 por ciento más rico concentra el 62,4 por ciento de los ingresos.
Cuando Lugo llegó a la presidencia, propuso un nuevo rumbo para cambiar la distribución de la riqueza.
Uno de los ejes que estableció fue la reforma agraria, un programa que apunta a modificar la actual propiedad de la tierra cultivable. El 80 por ciento de la tierra fértil está en manos de sólo el 2 por ciento de los empresarios del agro.
La principal resistencia a este plan y otros que buscan achicar la enorme brecha abierta entre ricos y pobres, vino de los partidos con representación parlamentaria.
El plan que tienen los sectores que buscan desplazar a Lugo, tendría dos caminos probables: uno de apariencia “institucional”, y otro más propio del golpismo clásico en América Latina, la vía militar.
La salida “institucional”, utilizando mecanismos contemplados en la Constitución paraguaya, consistiría en promover el juicio político del presidente, y colocar al vice en su lugar.
Federico Franco –quien no duda en mostrarse preparado para asumir el ejecutivo- pertenece al Partido Radical Liberal Auténtico, que forma parte de la alianza que llevó a Lugo al poder, pero sus diferencias con el mandatario son insalvables desde hace mucho tiempo.
La alternativa institucional fue hecha pública y apoyada por el senador Luis Alfredo Jaeggli, correligionario de Franco.
El legislador señaló que la iniciativa apunta a echar a Lugo en un plazo no mayor a seis meses, para lo que debería acusarse al presidente de haber cometidos delitos.
El escollo que presenta esta alternativa para los conspiradores es el respaldo popular que puede recibir Lugo en caso de un juicio político.
La otra alternativa –más descabellada pero no imposible– es la utilización de las Fuerzas Armadas para sacar a Lugo del poder.
Subidos al aparente éxito obtenido en Honduras por lo que parece ser un modelo neogolpista en la región, algunos sectores políticos de Paraguay no descartan esta alternativa.
Así lo denunció sin pelos en la lengua el ministro del Interior, Rafael Filizzola, quien afirmó que hay quienes estarían analizando una intentona de este tipo. El funcionario –que de todos modos consideró insostenible esa posiblidad– destacó que hay grupos de poder que verían con simpatía el retorno a la dictadura en Paraguay.
Si bien Lugo descarta un golpe de esta naturaleza, no perdió tiempo y el 4 de noviembre de 2009 descabezó a los comandantes de las tres armas. Pero la intención de sacar a Lugo de la presidencia de Paraguay no se basa sólo en los problemas domésticos, sino en la percepción de que su gobierno vino a sumarse a un eje progresista en la región, cuyas políticas suponen una amenaza directa para los privilegios a los que están acostumbrados los partidos tradicionales y los grupos económicos más poderosos del subcontinente.
El vicecanciller de Paraguay, Jorge Lara Castro, que participó de la octava cumbre de la Alianza Bolivariana que se desarrolló en Bolivia, hizo notar, a propósito de este alineamiento de su país que en América Latina está emergiendo una pluralidad social integrada fundamentalmente por indígenas y campesinos que luchan por lograr un cambio.
Por su parte, el vicepresidente Federico Franco reconoció su fuerte oposición a las relaciones bilaterales que Lugo teje con Venezuela.
La participación del gobierno de Fernando Lugo en la propuesta que llevan adelante Hugo Chávez en Venezuela, Evo Morales en Bolivia y Rafael Correa en Ecuador es por lo tanto, el argumento central con el que cuentan sus detractores, quienes ya no parecen sentir la necesidad de ocultar sus propósitos desestabilizadores
martes, 1 de diciembre de 2009
Ataque fascista contra el club antifascista de Leipzig - Alemania
Un ataque organizado por 50 nazis contra el club antifascista de Leipzig, durante el encuentro que disputaba el Estrella Roja de Leipzig como visitante contra el FSV 1921 Brandis el pasado 24.10.2009.
El club Roter Stern Leipzig juega en la 7ª liga Alemana, en el este de Alemania. En las últimas semanas, se incrementaron, más y más las amenazas de los grupos fascistas. Estas amenazas de atacar a los jugadores y a los y las aficinados/as del Roter Stern tienen sus responsables. Antes del partido en Brandis, a finales de octubre, indicaban que la derecha trataba de organizar un ataque. El club de Brandis y la policía lo sabían, pero no hicieron nada.
¿Que es Roter Stern?
Fundado en 1999 en Leipzig, por mucha gente que no le gustaba la conducta, la politica y las opiniones en los clubs de futbol "normales". Ahora Roter Stern tiene algunos equipos en futbol, futbol feminino, jovenes, baloncesto y juego de ajedrez. Todo sin fascismo, racismo y sexismo. En todos estos años el primero equipo de Roter Stern, subió liga a liga y ahora están en la 7ª liga de Alemania. No solo juegan a futbol, tambien organizan manifestaciones contra el Racismo y otros temas vinculados a la izquierda.
Antes del partido del Roter Stern se movilizaron mas personas, de lo normal, para ir a Brandis. Con el objetivo de protejer al equipo y a los/as aficionados/as. Normalmente entre 50 y 200 aficinados van a los partidos. En esta ocasión fueron 150, con una mezcla de todas las edades y sexos. Después de unos minutos, 50 Fascistas de NPD, neonazis autónomos y hooligans de derecha de LOK Leipzig entran en el cesped. Atacan a los jugadores y a los/as aficinados/as del Roter Stern con barras y palos de madera. La seguridad del club Brandis abrió la puerta a los fascistas y la policía no vino al partido a tiempo. De los heridos del Roter Stern, 3 se encuentran ingresados en hospitales recuperandose de graves heridas. Finalmente, la gente empujó a los fascistas a la calle. La policía llegó tarde y sin detener a nadie, el partido se suspendió.
Los periodicos escribieron sobre los ataques y la falta de policía. Más de 3 semanas después, con una unidad especial de policía de 16 personas, no han descubierto nada. La policía tiene, entre otras pruebas, 218 fotos, un video, y no vienen a preguntar a los testigos. La antifa de Leizig conoce a muchos de los fascistas. Pero la policía no quiere empezar un procedimiento.
La situatión en el Este y en especial en Leipzig:
Cada vez más y más fascistas surgen en Alemania. Especialmente en el futbol de la Alemania del este. En Leipzig y en los alrededores, los fascistas se infiltran en la sociedad. Organizan conciertos, fiestas para niños, campamentos para jóvenes y centros cívicos de jóvenes. Captan en el futbol a los jóvenes para sus actividades. La musica fascista llama cada vez a más y más gente a seguirles. En el futbol, hay un club el FC LOK Leipzig que es famoso por los hooligans extrema derecha. Ellos tienen tomadas las calles, ganan las movidas en el futbol o después en las manifestaciones. Son cada vez más los ataques a la gente de Roter Stern. Por que es fácil de encontrar "izquierdosos" durante los partidos de Roter Stern fuera de casa. Los políticos y la policía no reacciona. Solo tienen interés en las elecciones o si un periódico "normal" escribe sobre incidentes.
Autor, corresponsal en Hamburgo.
Desde Unaikistan, un abrazo revolucionario y antifascista con el Club Roter Stern de Leipzig. Así como con su afición y masa social.
Sumándonos a ese compromiso de lucha contra el fascismo, que es una necesidad.
Fotos: http://www.spiegel.de/fotostrecke/fotostrecke-48138.html
Vídeo: http://www.youtube.com/watch?v=X_AHgDK8lWo
Web del Roter Stern: http://www.roter-stern-leipzig.de/
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