jueves, 28 de junio de 2012

“Lo que se juega en Paraguay son las conquistas sociales que benefician a los más humildes”

Entrevista con “Pai” Oliva, sacerdote paraguayo y dirigente social
“Lo que se juega en Paraguay son las conquistas sociales que benefician a los más humildes”


“Nos confrontamos a un Golpe parlamentario”. “Intentan debilitar los gobiernos progresistas latinoamericanos”. “La solidaridad internacional pasa por informar lo que vive hoy mi país”

El pasado viernes 22 de junio, en apenas 24 horas, Fernando Lugo, obispo católico y presidente del Paraguay fue objeto de un supersónico juicio político por parte del parlamento y destituido de su puesto. El pretexto para procesarlo fue el conflicto campesino que una semana antes había motivado 17 muertos y numerosos heridos en Curuguaty, una comunidad a 200 kilómetros de la capital Asunción. “Se trata de un golpe parlamentario” subraya el sacerdote paraguayo Francisco *Paco* Oliva, 1928, uno de los principales referentes sociales del país. El “Pai” Oliva (sacerdote en guaraní) jugó un rol decisivo en la movilización ciudadana que culminó en 1999 con la renuncia del antipopular presidente Raúl Cubas. Identificado con la teología de la liberación el Pai Oliva, que reside en un barrio popular y marginal de la capital, dirige numerosos proyectos sociales y ha impulsado importantes iniciativas participativas como el Parlamento Joven y el Foro Solidario.
P: ¿Cómo interpreta el marco institucional en el que se da la destitución del presidente Fernando Lugo el pasado 22 de junio?
R: Somos una democracia parlamentarista. Y prácticamente desde la elección de Lugo en abril del 2008, los dos partidos tradicionales, el Liberal y el Colorado, han estado frenando al presidente, amenazándolo de juicio político. La semana pasada creíamos que era una amenaza más. Pero la realidad indicó que no fue así.

P: ¿Esperaba el movimiento popular, la sociedad civil paraguaya, un desenlace político de esta naturaleza?
R: No. Nos pilló de sorpresa. En 24 horas se hizo todo y se procedió a su destitución y al nombramiento al frente del ejecutivo de Federico Franco, hasta entonces vicepresidente, y desde siempre con intenciones personales de poder.

P: Los medios ahora oficialistas hablan de proceso constitucional legítimo. Sectores populares y cada vez más amplios actores de la comunidad internacional consideran que se dio en Paraguay una ruptura de la constitucionalidad. ¿Cuál es su opinión?
R: Es un golpe de estado parlamentario. Los partidos tradicionales encontraron los 30 votos que necesitaban y dieron la sentencia. Luego, lo que vino, fue un circo puro. El veredicto hubiera sido el mismo con defensa o no de Lugo. Las acusaciones no fueron presentadas por escrito. Y las pruebas eran simples fotocopias de recortes de los diarios. La sanción contra Lugo había sido decretada antes de comenzar el juicio.

P: ¿La demisión de Lugo es un hecho irreversible?
R: Los sectores populares y campesinos no la aceptan. Pero, la fuerza la tienen los dos partidos que ejecutaron el pseudo juicio exprés. Institucionalmente ya es un hecho consumado.

P: Es paradójico que el pretexto de la destitución sea un conflicto campesino, si se considera que Fernando Lugo, denominado “el Obispo de los pobres”, siempre se pronunció a favor del campesinado y la reforma agraria y llegó al Gobierno con el apoyo decidido fuerzas populares. ¿Los hechos que motivaron la destitución se tratan de una trampa de la extrema derecha contra Lugo o de una cierta ingenuidad política del ex- presidente?
R: Las dos cosas. Fue una trampa bien preparada ante la reacción-movilización que comenzaba a protagonizar el pueblo, participando y enviando señales claras a la clase política, especialmente a los partidos tradicionales de oposición. Les dio miedo esta participación creciente y decidieron pararla. La mejor manera fue decapitar al presidente a través del juicio político. Por otra parte, hay que reconocerlo, Lugo fue flojo en la promoción de la Reforma Agraria. El pueblo, el campesinado, la pedían cada vez con más fuerza, pero Lugo no se atrevió a materializarla.

P: Varias de las naciones latinoamericanas, entre ellas Brasil y Argentina, no aceptan como válida la demisión de Lugo y el nombramiento de Franco. ¿Piensa que los Partidos Colorado y Liberal que apoyaron la destitución estarían dispuestos a reconsiderar esta nueva situación institucional frente a la presión de la comunidad internacional?
R: De ninguna manera. Estamos en el campo de la politiquería. Franco ha sido un vicepresidente de la oposición. Nunca va a reconsiderar nada y menos el Partido Liberal que después de muchos años concreta su aspiración de tener un presidente en el poder. Aunque en el fondo, el que va a salir ganando es el Partido Colorado, que probablemente subirá al poder luego de las próximas elecciones de abril del 2013. Lo ocurrido es solamente un adelanto de lo que temíamos sucediera: el Partido Colorado estuvo 60 años sin interrupción en el poder. Lugo cortó esa racha. En el 2013 el Partido Colorado, casi con seguridad, volverá. Entre sus seguidores naturales y los votos que logre comprar hará todo para recuperar el poder perdido hace cuatro años. A no ser que la juventud se organice, se movilice y se imponga. Es la mayoría absoluta y después de este episodio trágico que acabamos de vivir institucionalmente en Paraguay, va abriendo los ojos.

P: ¿Cuál es la mejor manera de expresar hoy la solidaridad internacional con los sectores populares paraguayos? ¿Qué esperan ustedes de la sociedad civil del mundo entero?
R: ¡Qué informen! ¡Qué expliquen lo que pasó en mi país! Que cuenten con detalles cómo la sentencia de la destitución del Presidente Lugo estaba ya elaborada antes del juicio. Que todo fue un circo, un teatro. También que sean conscientes – y en este sentido se posicionen- que los perdedores son aquellos que se beneficiaron con las conquistas sociales resultantes de la gestión de gobierno de Lugo.

P: ¿Más allá de los hechos puntuales, se corre el riesgo de una cierta ingobernabilidad estratégica en Paraguay?
R: En el fondo, es necesario hacer una constatación clave: a los Estados Unidos les molestan Hugo Chávez (Venezuela) y los otros dirigentes políticos que tienen hoy en el continente una posición progresista. Y poco a poco, promoverán su partida, sea como fuera.
Brasil, si se conserva como ahora puede ser un freno. Pero no olvidemos que Brasil fue y es un imperio con intereses propios. No me refiero al pueblo brasileño, a los campesinos, a los sin tierra, sino a la política exterior de ese país que funciona a la perfección y que tiene aspiraciones de expansión…

P: ¿Qué es es lo más importante que pierde Paraguay con la destitución de Lugo?
R: Es un golpe muy fuerte al proceso que estaba naciendo en el pueblo para mejorar sus condiciones de vida, su cotidianeidad. Sin olvidar que un amplio sector de esos sectores populares, viven hoy en la más total extrema pobreza.
P: Para concluir:¿cómo valora la gestión de Fernando Lugo durante su presidencia de casi cuatro años?
R: Con muy buenas intenciones, aunque bastante ineficiente y mucha ingenuidad en su gestión.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Paraguay, en crisis

Paraguay, en crisis

Editorial La Jornada


Con el telón de fondo de una sesión extraordinaria de la Organización de Estados Americanos (OEA) dedicada a Paraguay, ese país sudamericano se debate en plena crisis política a raíz del golpe de Estado institucional de que fue víctima el gobierno democráticamente electo de Fernando Lugo. En el frente interno, la Corte Suprema de Justicia y el Tribunal Superior de Justicia Electoral han convalidado tanto el juicio político sumario al que fue sometido Lugo en el Congreso –dominado por la oposición oligárquica– como la constitucionalidad de la presidencia que ejerce desde el lunes pasado Federico Franco, quien hasta entonces se desempeñaba como vicepresidente. De esta manera se han cerrado prácticamente todas las vías legales para restablecer la institucionalidad democrática, salvo que el propio Legislativo dé marcha atrás sobre sus pasos y restituya a Lugo en el cargo.
Mientras tanto, al calor de las movilizaciones en las calles, miles de partidarios del presidente depuesto han conformado un Frente Nacional para la Defensa de la Democracia que mantiene el control de la televisión pública, y en el que convergen organizaciones estudiantiles y campesinas, así como ciudadanos en general. La crispación en el país ha llegado a tal punto que Franco declaró ayer que su prioridad es evitar una guerra civil y renunció a nuevos intentos de tomar en forma violenta las instalaciones de la televisión pública.
El aislamiento regional del régimen golpista es general: dos de los tres países limítrofes con Paraguay, Argentina y Brasil, han llamado a consultas a sus respectivos embajadores en Asunción, en tanto el presidente de Bolivia –el otro Estado fronterizo–, Evo Morales, anunció que no reconocerá a Franco porque encabeza un gobierno gestado por los neoliberales, en colaboración con los terratenientes locales y el imperio, en referencia a Estados Unidos.
Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, El Salvador, Ecuador, México, Perú, Uruguay y Venezuela han expresado, en distintos estilos e intensidades, su rechazo a la triquiñuela legal mediante la cual el Legislativo destituyó al mandatario elegido en 2008. Varias naciones de la región, asimismo, se muestran partidarias de la inmediata exclusión de la OEA del régimen encabezado por Franco, en tanto el Mercosur vetó a sus representantes de la reunión cumbre que se inicia el viernes próximo en Mendoza, Argentina.
En contraste con el masivo respaldo regional a la institucionalidad democrática paraguaya y con la determinación de miles de paraguayos de defenderla, el defenestrado Lugo manifestó su pesimismo sobre las perspectivas de una restauración del orden constitucional en su país, y renunció a asistir al encuentro de Mendoza, en el cual tenía asegurado el apoyo de la comunidad sudamericana, porque, dijo, no quiero presionar ni a los presidentes ni a los países de la región para que puedan tomar decisiones.
Es claro que si el ex obispo de San Pedro no asume actitudes firmes en defensa de la representatividad democrática, la resistencia contra el golpe parlamentario perpetrado en Asunción el pasado 22 de junio carecerá de perspectivas claras y que, en tal escenario, Paraguay correrá la misma suerte de Honduras en 2009, es decir, una grave regresión antipopular y oligárquica.
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2012/06/27/index.php?section=opinion&article=002a1edi

OEA: ¡Fuera de Paraguay!

OEA: ¡Fuera de Paraguay!



Si el golpe de Estado militar contra el presidente Manuel Zelaya en Honduras, en junio de 2009, fue una acción contra el «eslabón más débil» de la cadena de los gobiernos latinoamericanos de izquierda y progresistas, el reciente golpe de Estado legislativo contra el presidente Fernando Lugo en Paraguay, es una acción contra el segundo «eslabón más débil» de la misma cadena. En el primer caso, la OEA, a través de la «mediación» de Oscar Arias, le permitió ganar tiempo a los golpistas para que consumaran el hecho. En el caso que hoy nos compete, hay que evitar que eso se repita. El imperialismo norteamericano estrenó un nuevo sistema de dominación continental a raíz del derrumbe del bloque europeo oriental de posguerra, cuando suponía que las fuerzas populares latinoamericanas habían sido históricamente derrotadas. En esas condiciones, impuso una reforma del Sistema Interamericano, basada en la implantación de la democracia neoliberal como forma de gobierno, en el intento de construir un Área de Libre Comercio de las Américas y en el aumento de su presencia militar directa en la región.
En parte por prepotencia, pero también por ignorancia, el imperialismo asumió que podía implantar un esquema único de alternancia democrático burguesa, en el que los políticos neoliberales de distinta filiación partidista se sucedieran en el gobierno, en la medida que el agravamiento de la situación socioeconómica desencadenase el voto de castigo contra uno u otro de ellos. Fue incapaz de prever que el voto de castigo llegaría a ser contra la democracia neoliberal como sistema, no solo contra una u otra de las personas y fuerzas políticas que participan en él. Tampoco logró anticipar que los pueblos ejercerían su derecho al voto para elegir gobiernos de izquierda y progresistas de diversa composición y modulación. Por ello forzó la aprobación de la llamada clausula democrática, no solo en la OEA, sino en todos los mecanismos regionales y subregionales del continente. Esa clausula, destinada a condenar y sancionar toda interrupción al orden constitucional, se le convierte ahora en un obstáculo para derrocar a los gobiernos que no son de su agrado.
Al imperialismo norteamericano le sucedió como a quien compra un auto sin garantía, pensando que le durará a perpetuidad, pero pronto se da cuenta de que no sirve. Sus opciones son comprarse otro auto, hacerle al auto inservible una reparación de gran envergadura o llevarlo al mecánico de la esquina para que se lo «remiende» como pueda. Revisemos las opciones:
  • «Comprarse otro auto» sería implantar otro sistema de dominación continental, tal como hizo la administración de George H. Bush entre 1989 y 1993. Esto es impensable tanto por el agravamiento de sus contradicciones con América Latina y el Caribe, como por las divergencias existentes en las clases dominantes de su propio país, que le impiden sustituir las políticas obsoletas que viene arrastrando desde hace años, no solo hacia el resto del continente sino en casi todos los temas de política interna y política exterior.
  • «Una reparación de gran envergadura» implicaría adoptar una posición constructiva ante los temas de la denominada agenda interamericana: respeto a la soberanía, la autodeterminación y la independencia de los pueblos; eliminar el bloqueo a Cuba; reconocer el derecho a la independencia del pueblo puertorriqueño; dar una solución integral y justa a los problemas de la migración que va en busca de los capitales y empleos succionados de la región; combatir el consumo de drogas en su propio país, como elemento indispensable para dar una solución efectiva al flagelo del narcotráfico; combatir el tráfico de armas estadounidenses que abastece al crimen organizado, en especial, en México; prescindir de su política económica y comercial unilateralista; y otros. Todo eso es impensable. ¿Qué pasó con el «new begining» anunciado por Obama en la Cumbre de las Américas de Trinidad y Tobago? ¿Qué le pasó a Obama en la Cumbre de las Américas de Cartagena con los temas de Cuba, las Malvinas y otros?
  • «El remiendo del mecánico de la esquina» es tratar de restablecer la democracia neoliberal, caso por caso, por cualesquiera medios y métodos, en los países de América Latina y el Caribe gobernados por fuerzas de izquierda y progresistas. Aunque los gobiernos progresistas no han roto con el neoliberalismo, sino solo lo han atenuado, incluso en esos países el imperialismo y la derecha local aspiran a volver a los «buenos tiempos» de la «ortodoxia»: los de Menem, Salinas, Carlos Andrés, Fujimori, Sanguinetti y otros.
El imperialismo norteamericano y la derecha latinoamericana han intentado «el remiendo del mecánico» en Venezuela, Bolivia, Ecuador, Honduras y Paraguay. Ya «remendaron» la democracia neoliberal en Honduras, en este momento «están tratando de remendarla» en Paraguay –es decir, en los dos «eslabones más débiles» de la cadena–, y siguen intentando hacerlo en Venezuela, Bolivia y Ecuador, y también en Brasil, Uruguay, Argentina y otros países. En todos ellos buscan encontrar un tercer, un cuarto, un quinto eslabón débil, y así sucesivamente, hasta «remendar» a todo el continente con el esquema de democracia neoliberal que ya demostró ser estructuralmente insostenible.
  • ¿Por qué era Honduras el «eslabón más débil» de la cadena? Porque el giro progresista del presidente Zelaya fue un acontecimiento sorpresivo; porque ese giro incluyó una política social que despertó la ira de los poderes fácticos que siguieron intactos; y porque no se fraguó una interacción orgánica y constructiva entre su gobierno y el conjunto de las fuerzas populares hondureñas. El imperialismo norteamericano y la oligarquía hondureña se unieron contra Zelaya, antes que Zelaya y los sectores populares se unieran entre sí.
  • ¿Por qué se convirtió Paraguay en el segundo «eslabón más débil» de la cadena? Porque para alcanzar el titánico éxito de haber puesto fin al monopolio del poder político ejercido por el Partido Colorado, Fernando Lugo se vio en la necesidad de asimilar en su coalición electoral a la otra fuerza tradicional de la derecha paraguaya, el Partido Liberal Radical Auténtico, que boicoteó su gestión desde la legislatura y desde su propio gabinete; porque las fuerzas populares paraguayas apoyaron a Lugo en bloque, pero fueron divididas a las elecciones legislativas y municipales, lo que redujo su representación institucional a la mínima expresión; y porque esos factores crearon una situación ambivalente.
Con respecto a la ambivalencia del gobierno de Lugo, un líder de la izquierda paraguaya citaba las palabras de un dirigente social en una asamblea: « nosotros, los dirigentes sociales, a esta altura no sabemos si somos oficialistas u opositores; antes éramos opositores y construimos nuestra fuerza social y política; ahora, nuestra gente cree que somos del gobierno, nos piden cosas y los ministros desconocen nuestra reivindicaciones »1. La historia se repite: el imperialismo norteamericano y la oligarquía paraguaya se unieron contra Lugo, antes que Lugo y los sectores populares se unieran entre sí.
Ahora bien, ¿qué cabe esperar ahora del imperialismo norteamericano y la derecha paraguaya?
Cabe esperar que Federico Franco, igual que hizo Roberto Micheletti, trate a toda costa de mantenerse en el gobierno hasta los próximos comicios presidenciales. La elección de quienquiera que triunfe será espuria, igual que lo fue la de Porfirio Lobo en Honduras, pero el mandato constitucional de Lugo habrá expirado, como ocurrió con el de Zelaya.
La apuesta del imperialismo y la derecha local es que, una vez creada una situación de facto, irreversible, el candidato presidencial triunfante, Colorado o Liberal, termine siendo reconocido, aceptado o tolerado, aunque sea a regañadientes, tanto dentro del país como fuera de él. ¿No es eso lo que ocurrió, al menos parcialmente, con Porfirio Lobo? Así se habrá «restablecido la democracia», entiéndase, la democracia neoliberal, y quedará sentado un segundo precedente de que se puede derrocar a los gobiernos progresistas y de izquierda. Así se abre el camino para seguir golpeando, uno a uno, a los próximos gobiernos que resulten ser el «eslabón más débil» de la cadena.
¿Por qué derrocar a los presidentes Zelaya y Lugo, cuando entran en la recta final de sus mandatos constitucionales, en países donde no existe la reelección y donde no había otras figuras presidenciables con perfiles políticos similares a los de ellos? De las fuerzas de derecha hondureñas y paraguayas no esperemos razonamientos sofisticados: son primitivas. Para ellas, el poder siempre ha sido y siempre será suyo: ¡basta ya de tolerancia con estos «izquierdistas»! Para el imperialismo, los móviles son más estratégicos: tiene mucho más valor político sentar todos los precedentes posibles de que los gobiernos de izquierda y progresistas son «derrocables», a seguir obstruyendo su gestión hasta que expiren sus respectivos períodos. Los derrocamientos de Zelaya y Lugo son precedentes para el derrocamiento de otros presidentes, que sí pueden ir a reelección o sí cuentan con un relevo seguro.
Evitar a toda costa la interferencia de la OEA
Honduras está ubicada en Centroamérica y el golpe contra el presidente Zelaya ocurrió cuando no existía la CELAC. Eso hizo que la «negociación» para «restablecer la democracia» fuese competencia de la OEA. Debido a que la correlación de fuerzas dentro de esa organización era favorable a la restitución de Zelaya, la malévola política imperialista y la ingenuidad del derrocado mandatario, llevaron a «secuestrar» el debate y a que fuera designado como «mediador» el entonces presidente costarricense Oscar Arias, quien dos décadas antes había recibido un Premio Nobel por descarrilar el proceso de paz en Centroamérica que auspiciaba el Grupo de Contadora.
A diferencia de Honduras, Paraguay está ubicado en el corazón de América del Sur, y está sujeto a los compromisos adquiridos como Estado ante MERCOSUR, UNASUR y CELAC. En particular, está obligado a cumplir la clausula democrática que el imperialismo norteamericano impuso como instrumento de su política injerencista, y que hoy, en circunstancias como ésta, se vuelven contra él.
No hay siquiera que imaginar la posibilidad de que la OEA sea el foro regional para debatir y adoptar medidas respecto a lo ocurrido en Paraguay, una OEA incluso más desprestigiada e inoperante que la de 2009. MERCOSUR, UNASUR y CELAC, esos tres anillos de concertación política, dos de ellos sudamericanos, y uno latinoamericano y caribeño, son más que suficientes.
A la OEA nada hay que ir a hacer, pero, en todo caso, si alguien, con mala o buena voluntad, cita a una reunión del Consejo Permanente sobre el tema, lo que le compete a los miembros de MERCOSUR y UNASUR es informar allí las sanciones, irrevocables, adoptadas contra el gobierno usurpador.
¡Ni pensar en convocar a una Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores de la OEA, porque para ello el imperialismo necesitaría dos tercios de los votos, una cifra inalcanzable si la concertación política funciona bien en la UNASUR y la CELAC!
¿Qué esperamos del presidente Lugo?
Que no cometa el mismo error que Zelaya, que no confíe, en lo más mínimo, en el discurso de la supuesta defensa de la democracia del imperialismo, ni de la OEA como institución. La «democracia» del imperialismo y de la OEA no lo incluye a él, como no incluía a Zelaya.
¿Qué esperamos de las fuerzas populares paraguayas?
Que lo ocurrido sea un poderoso incentivo para forjar la unidad que no lograron en el momento de la elección del presidente Lugo, ni durante el tiempo transcurrido de su mandato aún inconcluso. No es momento de recriminaciones, sino de reflexión, maduración y acción. Si durante esos años no quedaba claro para ellas si eran oficialistas u opositoras, es evidente que hoy son opositoras, y que la derecha las consideraba una parte indeseada del oficialismo.
¿Qué esperamos de los gobiernos de izquierda y progresistas de América Latina y el Caribe?
Esperamos que, una vez suspendido el Estado paraguayo de su condición de miembro del MERCOSUR –un Estado cuya derecha vetaba el ingreso de Venezuela en ese mecanismo de integración–, sus miembros activos, Argentina, Brasil y Uruguay, desbloqueen ese ingreso, algo que, seguramente, ni el imperialismo ni la derecha paraguaya previeron
Confiamos en que adoptarán las más enérgicas e indeclinables medidas contra los usurpadores en el MERCOSUR, en la UNASUR y, si fuese necesario y conveniente, en la CELAC. También confiamos en que promuevan la más enérgica condena internacional contra el golpe de Estado ocurrido en Paraguay, todo ello, para evitar que se convierta en un remake del hondureño.
Nota:

1 Véase a Hugo Richer: «Paraguay: un momento crucial en medio del laberinto», en La izquierda latinoamericana a 20 años del derrumbe de la Unión Soviética, Roberto Regalado (coordinador), Ocean Sur, México D.F., 2012, p. 355.
Roberto Regalado es Doctor en Ciencias Filosóficas, profesor del Centro de Estudios Hemisféricos y sobre Estados Unidos de la Universidad de La Habana y coordinador de varias colecciones de la editorial Ocean Sur.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

miércoles, 27 de junio de 2012

Lugo no se rinde



Lugo no se rinde

Sin ninguna duda fue un golpe de Estado el que derrocó a Lugo. Atándose a la letra fría de la Constitución –dado que no explicita plazos para la defensa-, el proceso fue legal, pero las dos horas para preparar la defensa fueron de una ilegalidad natural. Es lo mismo que exigir a una persona que corra 100 metros llanos en dos segundos. ¿Por qué lo derrocaron? Muy simple. Paraguay es un país con un capitalismo salvaje desregulado que permitió y permite que el 2,06 % de los propietarios concentre el 85,5 % de las tierras cultivables del país [1]. La polarización de las clases sociales en Paraguay es un ejemplo de libro. La movilidad social –salvo mediante corrupción-, nula. La burguesía hace las leyes, maneja a los jueces, tiene a todos los empleados que quiera pagando siempre el salario mínimo o menos cuando se decide a coimear a los inspectores, no existe el impuesto a la Renta Personal y los impuestos de las empresas pueden minimizarse usando doble contabilidad, de ser sorprendidos un pequeño óbolo es suficiente.

Al asumir Lugo prometió la Reforma Agraria. Pese a que subió por una alianza en la que el principal aportante de votos (el 80%): el Partido Liberal Radical Auténtico, PLRA (Centro derecha) uno de los dos partidos mayoritarios, opositor al Colorado, al que Lugo sacó del poder después de 61 años de gobierno ininterrumpido, sin respaldo en las Cámaras (el PLRA, no le dio un cheque en blanco) tuvo que resignarse a organizar un catastro de las propiedades agrarias que duraría hasta el 2023 (sic). Había salido un libro con la investigación sobre las tierras otorgadas ilegalmente por Stroessner y algunos de sus sucesores, pero no se le prestó atención [2]. Efectivamente la relación de fuerzas no daba.

El campo paraguayo, paraíso de la soja, tuvo sus primeras víctimas en una población rodeada de campos de soja. Gran parte de sus habitantes contrajo cáncer. Lugo sacó un decreto para proteger a la población. La Asociación Agraria, amenazó con un tractorazo y Lugo derogó el decreto.

Los campesinos –con larga tradición de lucha y sufrimiento--, comenzaron a hacerse justicia por mano propia. Así nacieron los “carperos” asentamientos de campesinos sin tierra, en tierras con dueño. La burguesía nacional basada (la legal), fundamentalmente en el campo, comenzó a ponerse nerviosa. En cualquier momento podían ocupar sus tierras. Contrataron seguridad privada e iban aguantando hasta que se dio la oportunidad de acabar con el miedo.

Sucedió en un intento de allanamiento policial del campamento de unos “carperos” que habían ocupado una estancia en Curuguaty (240 Km de Asunción), que por las limitaciones de violencia impuestas a la policía terminó con 17 muertos, 6 de ellos policías. No fue una matanza pues los policías tenían órdenes de que no lo fuera. Incluso la avanzadilla de la policía para negociar solo llevaba balas de goma, el comandante del Grupo Especial de Operaciones, Erven Lovera, que encabezaba la avanzadilla murió con heridas en el rostro cuello y tórax [3]. Si hubiese sido en Irak, Curuguaty hubiera sido otra Faluya, pero no, no estaba en los planes del gobierno el aterrorizar a los ocupantes solo tratar de hacer cumplir la ley.

Ante la conmoción que provocó la muerte de 17 personas (6 policías) y el poco feliz reemplazo a poco del enfrentamiento armado del Ministro del Interior por un colorado en vez de un liberal, con lo que Lugo perdió el ya alicaído apoyo del PLRA, la burguesía amontonó unas cuantas causas que por sí solas pueden dar hasta gracia y armó el Juicio Político, que se organizó y resolvió en tiempo récord. Es claro no querían dar tiempo a que lleguen a Asunción los campesinos que si bien disconformes veían a Lugo como su mejor apuesta.

A pocos días de la aceptación de su destitución, Lugo ahora declaró que va a resistir sin violencia. Por más que uno simpatice con Lugo hay que aceptar que su gobierno no podía ser más que una transición suave hacia algún régimen más justo. Eso sucederá, la decisión de Lugo resistir y de constituir un gabinete paralelo para convertirse en fiscales, observadores y para monitorear todo lo que van a hacer los nuevos ministros, es una elección valerosa y útil. Más ahora que la sociedad civil está despertando al control ciudadano habiendo logrado su primer triunfo al conseguir que un veto de Lugo a una ley que estafaba a la ciudadanía fuese por fin aceptado en la segunda vuelta por Senadores después de haber sido rechazado por segunda vez por la Cámara de Diputados. Solo cuatro países reconocieron al nuevo gobierno: España, Canadá, la Santa Sede y Alemania. En señal de protesta, retiraron o llamaron en consulta a sus embajadores: Brasil, Argentina, Venezuela, Colombia, Uruguay, Ecuador, Chile y México.

Las sanciones e incluso la ya decidida suspensión a Paraguay de participar en la próxima reunión a realizarse desde el jueves 27de junio en Mendoza, Argentina y la posible suspensión de la participación en el Unasur, debilitarán sin duda al nuevo gobierno. Lugo comprometió su presencia en la próxima reunión del MERCOSUR en Mendoza y en la del Unasur a realizarse próximamente en Lima, para explicar pormenorizadamente lo ocurrido la semana que terminó con su destitución. Por último aunque no figure en la Constitución por Ley podrán adelantarse las elecciones, llevará un tiempo, pero el tiempo –en esta situación--, juega en contra de los golpistas.
Notas
[1] Censo Agropecuario 2008. http://elriodeheraclito.wordpress.com/2011/07/09/sobre-el-problema-de-la-tierra-en-paraguay-censo-agropecuario-2008-el-paraguay-del-reves/
[2] La Tierra en Paraguay 1947-2007. (60 años de entrega del patrimionio nacional Stroessner y el Partido Colorado). Efraín Alegre Sasiain y Aníbal Orué Pozzo. Ed. Arandurã. Asunción, 2008.
[3] http://www.ultimahora.com/notas/537695-Medico-forense-confirma-que-disparos-en-Curuguaty-fueron-de-mediana-y-larga-distancia
Guillermo F. Parodi es escritor, profesor universitario, miembro del Observatorio Internacional de la Deuda y de los colectivos Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala (www.tlaxcala.es), la red de traductores por la diversidad lingüística. Este artículo se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor y la fuente.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

El golpe de Estado encubierto de Paraguay y la información del diario global, imperial y monárquico



El golpe de Estado encubierto de Paraguay y la información del diario global, imperial y monárquico (DGIM)



Se conoce lo sucedido por quienes quieran conocerlo.
“Naciones latinoamericanas no reconocen al nuevo gobierno. Fernando Lugo destituido como presidente de Paraguay”, así titulaba su información Telesur [1]. Los gobiernos de Venezuela, Nicaragua y Bolivia, por su parte, durante una sesión extraordinaria de la OEA, denunciaron que el proceso de destitución del que ha sido objeto el presidente Fernando Lugo- quien asumió el poder tras unas elecciones pacíficas y nunca discutidas en las que obtuvo más del 40% de los votos ciudadanos- en el Congreso es un golpe de Estado encubierto.
Por su parte, el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, un hombre comedido donde las haya, ha cuestionado con firmeza la premura del juicio político al que se ha visto sometido Lugo.
Todo indica que estamos, de nuevo, ante un golpe de Estado de la era Obama. Siguiendo el sendero de lo sucedido en Honduras. El mismo presidente destituido, ante su gabinete ministerial y el grupo de abogados de defensa que participaron en un juicio imprevisto contra él, aseveró que el golpe de Estado no fue solo en su contra, sino contra "la historia y la democracia paraguaya". Añadió: "Es la historia paraguaya, su democracia, la que ha sido herida profundamente, en la que han sido transgredidos todos los principios de la defensa, de manera cobarde y alevosa y espero que su ejecutores tengan presente la gravedad de sus hechos".
Cuatro han sido los senadores que votaron en contra de la destitución. Uno de ellos, Carlos Filizzola, expresó su más categórico rechazo y calificó el juicio como “un circo que no tiene ni pie ni cabeza”. Mientras tanto, en las calles de Asunción, centenares, miles de personas -que desde el jueves pasado estaban en vigilia expresando su apoyo al presidente destituido- repudiaron la decisión del Senado. La policía intervino, empleando camiones lanza-aguas para dispersarlos. Así de convincentes.
Pues bien, el diario imperial-global, el DGIM, el que suele dar lecciones de democracia a derecha e izquierda, sobre todo a esta última, en primera página -¡primera!-, margen derecho, anunciaba el pasado sábado: “El Congreso de Paraguay destituye al presidente Fernando Lugo”. En letra más pequeña, el enviado especial Francisco Perejil, que curiosamente no dice que Lugo ganó las elecciones limpiamente en 2008 sino que acabó con 61 años de gobiernos del Partido Colorado, señala que fue Lugo sustituido en un juicio político (él mismo lo pone en cursiva), sin condenarlo, y anuncia el nombre del nuevo presidente.
En la página interior dedicada al caso, el enviado especial intenta un equilibrio entre los partidarios y detractores. Él informa, no se ensucia las manos. Sartre no viene a cuento. No hay claramente una condena, una desaprobación de lo sucedido (es decir, de un golpe de estado exprés por métodos que puedan venderse publicitariamente).
Eso sí, FP recuerda que para las personas concentradas en la plaza la cosa era evidente, no desde luego para él que no toma partido: a un lado el presidente destituido, con todos sus defectos (que no eran pocos desde luego) y, al otro, los oligarcas que siempre gobernaron el país; la Iglesia católica, unas de las reaccionarias del continente (y no es fácil) y el 95% de los medios de comunicación-intoxicación.
¿Esta es la forma de informar de un diario democrático, de una publicación que de lecciones de democracia urbi et orbe y da carnets de consistencia democrática? ¡Qué vergüenza! ¿Tendrá algún negocio Prisa y sus alrededores en Paraguay?
Notas:
[1] http://www.telesurtv.net/articulos/2012/06/22/fernando-lugo-acata-decision-del-congreso-y-se-despide-de-su-cargo-5610.html
[2] El País , 23 de junio de 2012, pp. 1 y 8.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

"No hay fuerza social suficiente como para frenar a la derecha"



Entrevista a Raúl Zibechi, analista y educador popular, sobre el golpe de estado en Paraguay
"No hay fuerza social suficiente como para frenar a la derecha"



Periodista y educador popular, Raúl Zibechi es columnista del periódico mexicano «La Jornada», al tiempo que acompaña a movimientos sociales. «Territorios en Resistencia» y «Política y Miseria» son, además, sus dos últimos libros publicados en el Estado español. En la entrevista concedida a GARA, analiza los entresijos de la destitución del presidente paraguayo, Fernando Lugo, y sus repercusiones.
¿Qué factores han propiciado la destitución de Lugo?
El Gobierno de Lugo siempre tuvo una enorme debilidad institucional. En el Parlamento apenas contaba con un par de diputados de entre 90 y otro par de senadores de 45, los demás pertenecen a su aliado principal, el Partido Liberal Radical Auténtico, un partido de derecha moderada que no llegaba al Gobierno desde hacía 70 años y que apoyó a Lugo por su enorme popularidad. Y al Partido Colorado y a otros más pequeños, pero todos de derecha. A su vez, en el aparato estatal, en la Justicia, en los diversos servicios y, por supuesto, en las Fuerzas Armadas y policiales, el peso del Partido Colorado, que gobernó Paraguay durante 60 años, es abrumador. En sus casi cuatro años como presidente, Lugo no desmontó esta presencia colorada que se apoya a su vez en mafias tradicionales y en nuevas mafias vinculadas al narcotráfico. La mayor parte de su gabinete eran liberales que no son muy diferentes a los colorados que toleraron a Lugo hasta que vieron que podían perder las elecciones a realizarse en apenas nueve meses y decidieron apartarlo.
Algunos analistas hablan de la ruptura o, la menos, del alejamiento de Lugo respecto de los movimientos sociales y populares, lo que habría favorecido la «apariencia de normalidad». ¿Comparte esta visión?
Totalmente. Lugo llegó al Gobierno por el apoyo que le brindó el que era el principal movimiento paraguayo, el campesino. Pero desde que llegó al Gobierno, se dedicó a construir una fuerza propia en el aparato estatal, lo que tuvo dos consecuencias. Una, que tuvo que hacer permanentes concesiones a la derecha, no hizo la prometida reforma agraria y, además, decretó el estado de excepción en dos oportunidades en buena parte del país. Por otro, nombró a muchos dirigentes campesinos como cargos lo que terminó por institucionalizar y debilitar al movimiento. En este punto el error es doble, tanto del presidente como del movimiento campesino. Mientras, no construyó una fuerza política propia y, si lo hizo, fue a un ritmo mucho más lento del que debía para enfrentar a una derecha tan poderosa.
¿Cómo calificaría su reacción?
Lugo acató la decisión del Parlamento, en parte porque es ilegítima pero no ilegal, o, al menos, no lo es completamente. Pero, además, porque no existe fuerza social suficiente como para frenar a la derecha. Ahora, apuesta todo a la presión internacional, sobre todo, la del Mercosur, que es quien puede asfixiar a Paraguay para forzarlo a reponer a Lugo. De todos modos, no creo que eso llegue a suceder. Sí hay interés en mostrarle los límites a la derecha, no solo en Paraguay sino en toda la región. Pero el tema es mucho más complejo.
Tanto Argentina como Brasil dependen de las importaciones de energía eléctrica de Paraguay, de las represas de Itaipú y Yaciretá. Y, además, está el problema de los «brasiguayos», grandes productores de soja que llegaron a Paraguay durante la dictadura y que ocupan tierras de las que no pueden demostrar ser propietarios. Ambas cuestiones limitan decisiones drásticas contra el nuevo Gobierno.
¿Estamos ante una nueva modalidad de golpe de Estado, más aún en un país con largos años de dictadura y de partido único en el poder?
Es una modalidad que se puso en marcha a partir del golpe en Honduras. Tiene los mismos efectos que el golpe de Estado tradicional en cuanto a la apropiación del aparato estatal, pero formalmente no viola las reglas de la democracia, no hay tanques en la calle ni presidentes encarcelados ni muertos, como le pasó a Salvador Allende. O sea, hay una imagen democrática con contenido de golpe, lo que genera muchas menores resistencias en la comunidad internacional. En Paraguay, se han perfeccionado las formas usadas en Honduras, ya que fue el Parlamento en votación mayoritaria el que tomó la decisión.
Son muchas las voces que sugieren que la matanza de campesinos y policías en Curuguaty fue planeada por la derecha, porque justamente se produjo en las tierras del colorado-stroessnista Blas N. Riquelme. ¿Quién está realmente detrás de este suceso?
El Partido Colorado y el Liberal, con sus alianzas con la Justicia, las mafias y el narcotráfico. Los datos indican que fue una emboscada a los policías hecha por profesionales infiltrados entre los campesinos que ocupaban una tierra. Nunca en la larga historia de lucha por la tierra de Paraguay hubo un enfrentamiento de ese tipo, nunca los campesinos habían disparado contra la Policía, siempre fue al revés. Fue un plan para generar un hecho político lo suficientemente fuerte como para provocar consecuencias drásticas.
En apenas 14 meses habrá elecciones presidenciales, ¿Qué se puede esperar?
Aún antes de la destitución de Lugo, lo más probable era que ganara la derecha. El problema es que los principales candidatos están muy desprestigiados y había un temor de que los partidarios de Lugo en los partidos de la derecha, que los hay, pudieran desplazar a la derecha más reaccionaria, o que el Frente Guazú, el partido de Lugo, tuviera un papel más destacado que el esperado. Ahora, todo juega a favor de los colorados, que tienen el mayor aparato clientelar. De todos modos, las cosas no van a quedar aquí. Hay cambios de fondo en el pueblo paraguayo, en la cultural política, en la capacidad de autoorganización de los sectores populares urbanos, que indican que estamos ingresando en un nuevo período histórico con mayor protagonismo de los de abajo.
Fuente: http://www.gara.net/paperezkoa/20120626/348867/es/No-hay-fuerza-social-suficiente-para-frenar-derecha/

Declaración de la Asociación Americana de Juristas sobre el golpe de Estado institucional en el Paraguay

Declaración de la Asociación Americana de Juristas sobre el golpe de Estado institucional en el Paraguay
Rebelión
La Asociación Americana de Juristas (AAJ), organización no gubernamental con estatuto consultivo en las Naciones Unidas, repudia el golpe de Estado institucional en Paraguay y condena la destitución del presidente constitucional Fernando Lugo. Es necesario repasar sucintamente los hechos. El 21 de junio de 2012 la Cámara de Diputados de Paraguay resolvió iniciar la parodia de un juicio político contra Lugo imputándole 5 cargos inconsistentes: a) una autorización dada por él en 2009, hace 3 años, a organizaciones juveniles para realizar un acto público dentro de un edificio militar; b) haber permitido "la violación del derecho de propiedad y el odio entre clases sociales" por "la invasión de tierras en la localidad de Ñacunday; c) "incompetencia", durante el desalojo de la finca Morumbi, propiedad del ex senador del opositor Partido Colorado Blas Riquelme en Curuguaty, que provocó la muerte de 11 campesinos y 6 policías cuando los uniformados irrumpieron, para desalojar al centenar de campesinos que desde hacía tres semanas ocupaban la finca para protestar por el incumplimiento de la prometida reforma agraria. Es siendo público y notorio que el Presidente había pedido una investigación internacional para esclarecer los hechos; c) no haber utilizado "adecuadamente" a las Fuerzas Armadas, frente a las invasiones de tierras y las operaciones de seguridad llevadas a cabo en los departamentos de San Pedro y Concepción contra el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) ; d) la firma del Protocolo de Usuhaia II, que autoriza a los países del Mercado Común del Sur (MERCOSUR) a bloquear a los países en los que se registren amenazas contra el orden democrático, al considerar que "constituye un atentado contra la soberanía de Paraguay". En una clara demostración del desprecio por el más elemental derecho, el acta acusatoria afirma: "Todas las causales mencionadas más arriba, son de pública notoriedad, motivo por el cual no necesitan ser probadas". Para ejercer su defensa se le concedió hasta las 12.00 horas del día siguiente en el Senado, encargado de celebrar el juicio político. Ese mismo día, en un rápido "juicio político" de pocas horas de duración, inédito en el mundo entero, la mayoría del Senado de la República de Paraguay, dominado por derechistas, afectos al viejo régimen dictatorial, las mafias y los sectores empresariales y políticos más conservadores y reaccionarios, que difícilmente actuarían sin el visto bueno de la embajada de Estados Unidos, que busca modificar la correlación de fuerzas en el continente para hacer fracasar el desarrollo de la integración regional y sus órganos (Mercosur, Unasur y Celac) destituyeron al Presidente Lugo y ungieron en el cargo al Vicepresidente Federico Franco, apuntando a una nueva forma de golpe de Estado, mediante la utilización de los otros poderes del Estado, tal como lo hicieron en Honduras.
Algunos errores que puede haber cometido Lugo durante su mandato, y aún en el mismo acto de su destitución, no justifican de ninguna manera que se violente la vigencia del Estado de derecho, el derecho a la defensa y el debido proceso de ley.
Hay que tener presente que sólo el dos por ciento de los propietarios concentran el 85,5% de las tierras paraguayas, obtenidas, en casi todos los casos, mediante el despojo, la corrupción y el reparto ilegal realizado por Stroessner durante los 35 años de su dictadura. En Paraguay 300.000 familias campesinas no poseen ni un centímetro de tierra para cultivar. De sus 6,4 millones de habitantes, el 38% se encuentra en la pobreza y el 19% en la miseria. Los diputados y senadores que se coaligaron para el golpe institucional representan los intereses de esos sectores retardatarios, movilizados desde el primer día del gobierno de Lugo, orientado a suprimir los privilegios, combatir las mafias y la corrupción, y afianzar la participación democrática de amplios sectores ciudadanos.
Por todo ello la AAJ declara:
1) el funcionamiento de las instituciones democráticas no se satisface sólo con el cumplimiento de las formalidades, sino que adquiere legitimidad cuando la actuación de cada uno de los poderes del Estado se realiza con respeto pleno del sentido profundo de todas las reglas establecidas para la efectiva vigencia del principio de soberanía popular y la garantía de los derechos fundamentales establecidos en la Constitución Nacional y en los pactos internacionales de derechos humanos y de integración regional.
2) si bien un juicio político no es un procesal penal, es evidente que la destitución del Presidente Lugo fue el resultado de una farsa institucional, una especie de ejecución sumaria, sin posibilidad de derecho de defensa, y de una hipocresía inigualable ya que la mayoría de los senadores han sido parte y beneficiarios de la criminal dictadura stroessnerista y responsables del despojo de las tierras a sus verdaderos dueños: los campesinos y los pueblos originarios.
3) es inaceptable que en pocas horas, sin escuchar el clamor de organizaciones sociales, populares y políticas, sin un amplio diálogo social, se haya derrocado al Presidente Lugo, que hace cuatro años triunfó en las urnas con un programa de cambios sociales, económicos e institucionales que, con lentitud y tropiezos debidos a la falta de apoyo parlamentario, estaban en marcha.
4) apoya las gestiones de los cancilleres de UNASUR y los pronunciamientos de los Presidentes de Argentina, Brasil, Venezuela, Ecuador, Nicaragua, en orden al no reconocimiento del gobierno producto del golpe de Estado en Paraguay, y reafirma su solidaridad con el pueblo paraguayo y su reclamo de restitución del Presidente Lugo.
5) insta a las organizaciones de juristas en el Continente a pronunciarse.
A 24 de junio de 2012
Vanessa Ramos Hernán Rivadeneira J, Presidenta AAJ Continental Secretario General
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

martes, 26 de junio de 2012

"El golpe contra el presidente constitucional destituido en Paraguay es una violación de la democracia"



Entrevista a Immanuel Wallerstein y Mercedes Canese, viceministra de energía
"El golpe contra el presidente constitucional destituido en Paraguay es una violación de la democracia"



Apenas un día después de que la Cámara de Diputados solicitara un juicio político contra el presidente de Paraguay, el Congreso paraguayo destituyó a Fernando Lugo por mal desempeño, y el exvicepresidente Federico Franco del Partido Liberal asumió el mando del país.
“No es Fernando Lugo el que recibe un golpe, es la historia paraguaya y su democracia la que ha sido herida”, dijo Fernando Lugo a pocos minutos de su destitución en el marco del juicio político “ilegitimo” al que fue sometido por el Congreso paraguayo. “Espero que sus ejecutores tengan presente la gravedad de sus hechos", agregó este viernes.
En diálogo con Página/12, el presidente constitucional destituido resumió su plan de este modo: “Resistencia pacífica y no reconocimiento de la presidencia que se instaló después del golpe de Estado” (1).
La viceministra de Minas y Energía, Mercedes Canese, indicó que si Unasur no reconoce al Gobierno paraguayo, luego de la destitución de Fernando Lugo, todos los proyectos de integración energética en curso con estos países se cortarán, comenta al Observatorio Selvas.
“Lo que estábamos avanzando en la recuperación de nuestra soberanía y la inversión en infraestructura, la red ferroviaria, los puentes, todo lo que estábamos haciendo, que como país mediterráneo son temas claves para nuestro desarrollo, al no reconocer nuestro gobierno, no van a firmar ningún acuerdo con nuestro gobierno, no habrá ningún convenio, no vamos a ser más sujetos de cooperación bilateral o multilateral con los países, y se llegará a un desplome como país en lo económico”, aseveró la subsecretaria de Estado.
La misma sostuvo que todo esto apeligra gravemente a todos los proyectos en común que tiene Paraguay para lograr el desarrollo. “Yo creo que lastimosamente los que propiciaron este juicio político totalmente fuera de lo que la Constitución establece, no analizaron el contexto regional, no pensaron en las consecuencias que tendrá”, dijo.
Canese manifestó que la crisis política desatada afectará profundamente a las relaciones internacionales del país; indicó que los países de la región “no van a reconocer al nuevo gobierno que surja de un golpe de Estado como el que se está orquestando en este momento, es inimaginable lo que eso nos va a producir a nivel económico, energético y financiero”, explicó la funcionaria que anteriormente era militante de Jubileo Sur (2).
Franco, el nuevo Stroessner
Ricardo Canese, secretario general del Frente Guazú, enfatiza que “Alfredo Stroessner fue recibido el 4 de mayo de 1954 –y hasta algunos meses después– con júbilo por personas con trayectoria democrática de toda una vida. El mismísimo Augusto Roa Bastos, nuestro principal escritor nacional y bárbaramente perseguido por la dictadura stronista, le dedicó un poema que aplaudía al nuevo gobierno –dictadura– en sus inicios. Indudablemente, Roa Bastos se equivocó, si bien su apoyo a la incipiente dictadura fue una carga moral que le pesó de por vida y era algo de lo que no quería hablar, por la profunda pena que le causaba. Otros que fungen hoy de demócratas, apoyaron públicamente al dictador Alfredo Stroessner por años e incluso décadas y, cuando la misma ya era evidente que se acababa, se volvieron furibundos “demócratas”.
La actual mayoría parlamentaria, producto de las “listas sábana”, perpetró el viernes un auténtico golpe de Estado parlamentario. La época de los cuartelazos ya pasó de moda definitivamente. Hay países con democracia consolidada donde nunca se producirá un golpe de Estado, incluso en la mayoría de los países de nuestra anteriormente inestable Latinoamérica.
Pero, en el Paraguay, como constatamos lamentablemente, pueden darse golpes muy similares al que dio Hitler en la culta Alemania hace unos 80 años, quien también concretó un golpe parlamentario. En contra del gobierno de Fernando Lugo no se presentó prueba alguna como lo confiesan impúdicamente los diputados que presentaron y aprobaron un remedo de acusación en el plazo de solo dos horas. El Senado dio menos de 1 (un) día a nada menos que al Presidente de la República para ejercer su derecho a la defensa, cuando que en juicios sumarios abreviados, como el de faltas de tránsito, todo ciudadano tiene 5 (cinco) días para presentar su defensa. También al expresidente Cubas le otorgaron 5 (cinco) días para defenderse en su momento.
Es probable que los insignes parlamentarios, aprendices de dictadores, consideren que una falta de tránsito merece más garantías constitucionales que quien ha ejercido la Presidencia de la República durante 4 años con alta aceptación popular. Se violaron todas las normas al debido proceso y a la legítima defensa, porque los golpistas sabían que su única oportunidad de llegar al poder era hacer el juicio político meteóricamente, aun a costa de violar la Constitución. De otra forma, la reacción democrática de nuestro pueblo y del mundo no lo habría permitido.
Stroessner calificaba a su régimen como una “democracia sin comunismo”. De lo primero no tenía nada y de lo segundo –la eliminación del comunismo– no era sino una excusa para eliminar, incluso físicamente, a todo demócrata y no solo a los valientes miembros del Partido Comunista, quienes fueron los que con más convicción y empeño se opusieron a la dictadura stronista. El entonces Partido Liberal tuvo los traidores a la democracia que, desde un inicio, se prestaron al juego del dictador. Los liberales más dignos –como Domingo Laíno– lucharon desde un inicio con todos los medios a su alcance contra la dictadura, lo que costó centenares de vidas, torturas, prisión y exilio no solo a miembros de este libertario partido tradicional del Paraguay, sino también a militantes de todos los demás partidos políticos y de organizaciones sociales del país, como las Ligas Agrarias.
Hoy, el dictador Federico Franco –y la gavilla que lo propició desde la cúpula de su partido– traiciona los principios libertarios de su partido y lo mancha para siempre con la dictadura, un oprobio que causó profunda huella en el Partido Colorado. A horas de perpetrarse el golpe, ya existían amenazas de muerte a personas íntegras que se oponen a la dictadura. No sabemos hasta cuándo tendremos seguridad para nuestras familias y nosotros mismos. Aun así, como lo hicimos durante la dictadura de Alfredo Stroessner, reiteramos nuestro llamado a manifestarnos pacíficamente en toda la República para exigir que el único Presidente constitucional de la República del Paraguay, Fernando Lugo, asuma nuevamente sus funciones y que se restituya el estado de derecho en el Paraguay, quebrado lamentablemente por el dictador Franco y su pandilla”, concluye Ricardo Canese (3).
Comentario de Immanuel Wallerstein
Immanuel Wallerstein, sociólogo estadunidense reconocido a nivel mundial, fue presidente de la Asociación sociológica internacional (1994-1998), me comentó personalmente que “el escandaloso golpe de Estado contra el Presidente Lugo de Paraguay debe ser resistido por todas las personas democráticas y progresistas de todo el mundo. Los actores cruciales, sin embargo, además de los ciudadanos paraguayos, son los demás Estados sudamericanos. Tienen que ser muy firmes con el intento del Senado de Paraguay de deshacer los derechos democráticos en el Paraguay. En esta lucha el mundo respirará mejor y UNASUR se fortalecerá en gran medida”.
Rechazo de Europa
El Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea/Izquierda Verde Nórdica GUE-NGL del Parlamento Europeo rechaza firmemente el Golpe en Paraguay, junto a diferentes partidos de Europa como el Partido Comunista de Francia PCF (4).
Izquierda Unida de España ha condenado el golpe institucional acaecido en Paraguay tras la decisión exprés del Congreso de destituir a Fernando Lugo. Asimismo, Willy Meyer, eurodiputado de Izquierda Unida – GUE-NGL, se ha felicitado por la condena del mismo por parte de la Alta Representante de la UE para Política Exterior y de Seguridad, Catherine Ashton, y la ha instado a que en consecuencia la Unión Europea retire su representación del país hasta que no se restituya al Presidente electo.
Meyer ha tachado de intolerable que "una institución haya conspirado para derrocar a un Presidente que ha sido elegido por la expresión de la voluntad popular". Además, el Vicepresidente de la Asamblea Parlamentaria Birregional Eurolatinoamericana se ha felicitado por la decisión de los países de la región "de no reconocer la autoridad del Gobierno de Franco" y ha instado "a la Unión Europea a que se sume a la posición de todos los organismos regionales como UNASUR, MERCOSUR, CELAC e incluso la OEA que han condenado el golpe de Estado y que reclaman el restablecimiento del orden constitucional en Paraguay".

El responsable de Política Internacional de Izquierda Unida, Meyer, quiso reiterar toda la solidaridad de la izquierda española con el Presidente Fernando Lugo y con el pueblo paraguayo: "deploramos estos hechos que constituyen un juicio político sin garantías, en el que se ha despojado a un presidente electo de su derecho a la legítima defensa", señaló.
Para Meyer, "estamos ante una nueva maniobra antidemocrática con el claro objetivo de desestabilizar la región y acabar con los gobiernos progresistas en América Latina, siguiendo la estela del golpe de Estado en Honduras en 2009, de la intentona golpista en Ecuador y de los movimientos desestabilizadores en Bolivia, según el programa de las oligarquías latinoamericanas de derrocar a los gobiernos del ALBA". “Este ataque a Lugo responde a esta voluntad de la oligarquía paraguaya de terminar con el proceso de transformación del país, que comenzó con su elección en 2008, victoria que puso fin a más de 60 años de constantes injusticias". Ante estos hechos, Willy Meyer viajará la próxima semana a Caracas para participar en el XVIII Encuentro del Foro de Sao Paulo en representación del Grupo de la Izquierda Unitaria Europea/Izquierda Verde Nórdica, donde coordinará acciones conjuntas de solidaridad con el Presidente Lugo con las diferentes fuerzas políticas de la Izquierda Latinoamericana que integran el Foro de Sao Paulo” (5).
El Ministerio francés de Asuntos Exteriores destacó hoy que su país comparte la preocupación de la Unión Europea (UE) y de la Organización de Estados Americanos (OEA) sobre la destitución del presidente paraguayo, Fernando Lugo. El Ministerio llamó a todas las partes a respetar “los derechos constitucionales”. Un portavoz de Exteriores indicó en un comunicado la inquietud por las eventuales consecuencias que esa destitución pueda tener sobre “los compromisos democráticos” de Paraguay e hizo un llamamiento también al respeto de la “voluntad soberana” del pueblo paraguayo. “Francia apoya los esfuerzos de las organizaciones regionales, principalmente de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), para permitirle al país hallar una solución constitucional, democrática y pacífica a la crisis que atraviesa”, concluye esa nota.
El partido socialista alemán Die Linke (La Izquierda) condenó el golpe de Estado perpetrado en Paraguay, donde hubo una ruptura del orden democrático con la destitución del presidente constitucional, Fernando Lugo. En una declaración oficial, a la cual tuvo acceso Prensa Latina, esta formación política desaprobó el "golpe frío en Paraguay, presentado con la destitución del presidente Fernando Lugo".
Según el análisis de los socialistas alemanes, que disponen de 76 diputados en la Cámara baja del parlamento, el Bundestag, las razones del derrocamiento de Lugo "son solamente un pretexto". El partido alemán se apoya también en las posturas críticas de gobiernos suramericanos y mencionó el rechazo del golpe por parte de los gobiernos de Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, Uruguay, Venezuela y otros Estados de esa región.
Con estos hechos de fondo, los socialistas demandaron al gobierno federal de la canciller Angela Merkel de que no reconozca el nuevo régimen de facto en Asunción y criticaron al ministro alemán de Cooperación Económica y Desarrollo, Dirk Niebel, quien reconoció a Federico Franco como sucesor de Lugo en el poder. "Nosotros somos solidarios con el movimiento democrático en Paraguay y con el presidente democráticamente electo y exobispo, Fernando Lugo", indica el documento, aprobado por unanimidad.

De acuerdo con el partido Die Linke, "tenemos que evitar que regresen los tiempos de la dictadura de (Alfredo) Stroessner, cuando se torturó, desplazó y asesinó a miles de seres humanos" en ese país suramericano. Los socialistas alemanes recuerdan además que "Paraguay fue uno de los destinos preferidos de los esbirros nazis alemanes después de 1945". Advierte de un giro a la derecha en países de América Latina como en Guatemala, Honduras, Chile y probablemente en El Salvador. "Tenemos que evitar el regreso de las dictaduras a América Latina", sentencia el partido Die Linke.
Cristiano Morsolin, operador de redes internacionales. Trabaja en Latinoamérica desde 2001 con experiencias en Ecuador, Perú, Colombia, Venezuela, Bolivia, Paraguay, Brasil. Colabora con las redes Jubileo Sur, Latindadd, CETRI, CADTM sobre el tema de la deuda externa. Autor de varios libros, entre los cuales “Sobre la deuda ilegítima. Aportes al debate: argumentos entre consideraciones éticas y normas legales. Quito: Centro de Investigaciones CIUDAD, Observatorio de la Cooperación al Desarrollo en Ecuador, Jubileo 2000 Red Guayaquil. 2008. Trabaja en Latinoamérica desde 2001, co-fundador del Observatorio sobre Latinoamérica SELVAS.
NOTAS
  1. http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-197172-2012-06-25.html
  2. http://www.aporrea.org/internacionales/a95500.html
  3. http://www.abc.com.py/edicion-impresa/opinion/franco-el-nuevo-stroessner-418040.html
  4. http://www.alainet.org/active/55869
  5. http://www.willymeyer.es/index.php?sec=15&l=es&id=653
  6. http://www.prensa-latina.cu/index.php?option=com_content&task=view&id=519911&Itemid=1
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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"Volvió a América Latina el fantasma de los golpes de estado, por eso nuestra solidaridad con Paraguay"

Carta al presidente Piñera de organizaciones sociales
"Volvió a América Latina el fantasma de los golpes de estado, por eso nuestra solidaridad con Paraguay"



De nuestra consideración, las organizaciones sociales y de derechos humanos queremos expresarle respetuosamente que:
1 – Lamentamos profundamente los hechos que han sucedido en el Paraguay con la destitución, por parte del Congreso de ese país, del Presidente Fernando Lugo. Por lo cual le pedimos que el gobierno de Chile no reconozca, ni ahora ni después, al actual gobierno surgido de un acto considerado ilegítimo por la mayoría de los gobernantes democráticos de América Latina.
2 – El “juicio político” que se ha realizado al Presidente Lugo fue un juicio sumario lo que constituye una práctica inaceptable en un estado de derecho, realizado en 24 horas, que no permitió el derecho a un debido proceso, el derecho básico a una adecuada defensa, tal cual lo exigen diversos instrumentos y tratados del sistema interamericano e internacional de los derechos humanos.
3 – Los hecho por los que se ha acusado al Sr. Presidente Lugo son insuficientes para creer que él tiene responsabilidad directa en los acontecimientos en que han muerto campesinos y policías recientemente en el Paraguay. Todos estos hechos se deben investigar, sin duda, pero dentro del accionar de la justicia, y especialmente los temas de fondo que son la injusticia social y el derecho a la tierra que reclaman los campesinos. Sin embargo, el “juicio político” pareciera indicar que estos hechos han sido parte de un plan, mañosamente urdido, para obtener como único resultado posible la destitución de la primera autoridad del país.
4 – La ausencia de un debido proceso en el juzgamiento al Presidente Lugo hacen por lo tanto viciado y carente de legitimidad este “juicio político” realizado por el Congreso de Paraguay. Aceptar este procedimiento marcaría un precedente negativo para nuestras democracias en América Latina. Bastaría tener mayoría en el poder legislativo para derribar cualquier gobierno a pretexto de cualquier situación.
5 - Por lo anterior, y en consideración a que UNASUR y la OEA deberán analizar los acontecimientos que han sucedido en Paraguay, le reiteramos nuestra solicitud de que no reconozca a las actuales autoridades y se pida que se restituya a la brevedad al Presidente legítimamente elegido, por el voto soberano de su pueblo, Fernando Lugo.
6 – Queremos expresar toda nuestra solidaridad con el pueblo del Paraguay, al mismo tiempo queremos recordar que este 28 de junio se cumplirán tres años del golpe de estado en Honduras y pese a las reiteradas peticiones a sus autoridades se siguen violando ahí los derechos humanos.
7 - En Chile sabemos qué son los golpes de estado, cómo se violan las leyes y los derechos humanos, como se asesinan personas y se tortura. Lamentamos decir que volvió a América Latina el fantasma de los gobiernos de facto, de los golpes de estado, por eso nuestra solidaridad con Paraguay.
Atentamente,
Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos, AFEP
Asociación Chilena Pro Naciones Unidas
Corporación de Promoción y Defensa de los Derechos del Pueblo, CODEPU
Comisión Ética Contra la Tortura, CECT
Comunidad Ecuménica Martín Luther King
Foro Nacional de Educación de Calidad para Todos.
Servicio Paz y Justicia, SERPAJ Chile
Observadores por el Cierre de la Escuela de las Américas
Ignacio Vidaurrázaga, periodista de DD.HH

Las múltiples lecciones del lamentable golpe de Estado en Paraguay



Las múltiples lecciones del lamentable golpe de Estado en Paraguay

La Arena


El derrocamiento del presidente Lugo en Paraguay debe ser bien meditado por las fuerzas democráticas de Argentina. Surgen del mismo enseñanzas para gobernantes y gobernados, de acá y allá. Hasta el jueves la situación argentina estaba atravesada por un eje fundamental: la confrontación entre el sindicato de Camioneros de Hugo Moyano y el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Y esa contradicción sigue ardiendo, por supuesto, y tendrá un momento de mayor ebullición todavía el miércoles, con la movilización convocada por el titular de la CGT. Entre los sectores enfrentados menudearon las descalificaciones, incluso denuncias penales del gobierno contra los sindicalistas, de modo que parecía que ese tema quedaría instalado como central hasta el 27 de junio. Sin embargo, el golpe de Estado expréss en Paraguay, producido el viernes 22, se instaló rápidamente como el principal de la agenda política, en Buenos Aires y las demás capitales latinoamericanas. Es que lo sucedido en el vecino país tiene sus peculiaridades, pero también sus rasgos generalizados a la región. Allí están Monsanto y grandes jugadores del agrobusiness que quieren marcar la agenda a los gobiernos democráticos y deponerlos si es preciso. También menudean las policías bravas capaces de agujerear con balas a los campesinos sin tierra, los pobladores urbanos sin techo, los jóvenes trabajadores precarizados, etc. En todos estos países, salvo los más avanzados como Venezuela, las Fuerzas Armadas y de Seguridad están infectadas de elementos que provienen de las dictaduras anteriores y están vinculados con la represión, el narcotráfico, etc. Y como si lo anterior fuera poco, hay que agregar que los sistemas políticos latinoamericanos están partidos al medio, porque hay gobiernos y dirigentes democráticos y progresistas, como los del Mercosur y UNASUR, pero también los hay bien corridos al extremo derecho, como los de Colombia, México, Chile y Panamá. Fernando Lugo era parte del espectro progresista, sobre todo por su política regional y no tanto por su gestión doméstica. El golpe de Estado “institucional” en su contra es una afrenta a la democracia guaraní, que había elegido a aquél en 2008, pero también una advertencia de la reacción latinoamericana a todos los mandatarios de la UNASUR. A todos ellos se los amenazó, por elevación, con un juicio sumarísimo en 24 horas, con dos horas para defenderse y una votación previsible. Lo bueno del caso es que ese golpe puso en alerta a la democracia latinoamericana. Y allí se vio a la UNASUR y no a la OEA como avanzada de esa resistencia al putsch. Los cancilleres de aquel espacio estuvieron en Asunción el mismo jueves. Cristina Fernández, Rafael Correa, Hugo Chávez y Dilma Rousseff han manifestado que no reconocerán al nuevo gobierno del golpista Federico Franco. Van a debatir en una próxima reunión cómo aislar y sancionar esa interrupción del orden constitucional que violó el derecho de defensa de Lugo. Esto es lo positivo: en la región hay más claridad que antes en armar la guardia para que los golpes de Estado reaccionarios no peguen en las mandíbulas de la democracia.

Los pecados de Lugo
El mayor pecado del ex obispo no fue tener hasta ahora dos hijos que él no había reconocido hasta que debió hacerlo luego del reclamo de sus respectivas madres. Ese fue un pecado menor, del que ya habrá obtenido el perdón celestial. El último error suyo fue aceptar mansamente el golpe, esbozar una defensa jurídica sin movilizar a sus partidarios en contra del linchamiento y aceptar rápidamente la resolución del Senado oligárquico. Esto se llama rendirse sin pelear. Y es una derrota desmoralizante para sus electores y para todos los que hicieron causa común dentro de la Patria Grande Latinoamericana. No se esperaba de Lugo una conducta heroica como la de Salvador Allende, que murió peleando en el Palacio de la Moneda, pero al menos se creía que aquél no aceptaría en pocas horas la solución golpista. Se despidió del gobierno casi amablemente. El derrocado mandatario cumplió de antemano con lo que al día siguiente planteó el Departamento de Estado: “instamos a todos los paraguayos a que actúen de forma pacífica, con calma y responsabilidad, conforme al espíritu de los principios democráticos de Paraguay”. Gran cinismo el del gobierno estadounidense, porque el “principio democrático” suponía respetar el mandato de Lugo hasta el 15 de agosto de 2013, cosa que el sumarísimo juicio senatorial frustró, con la violencia de sus minorías parlamentarias. Esto, más el lobby terrateniente, de los grandes medios de comunicación, la embajada yanqui y la policía que reprimió el viernes con palos, gases y balas de goma a los manifestantes antigolpistas. La pérdida del gobierno se explica porque Lugo no implementó cambios significativos en la estructura terrateniente. Unos pocos miles de latifundistas, pooles de siembra, Monsanto y otros monopolios agrupados en la UGP (Unión de Gremios de la Producción), le sabotearon las tímidas intenciones de favorecer los reclamos de campesinos sin tierra. Y frente a esos poderes, el mandatario “arrugó”, como se dice en Argentina. No sólo eso, a veces permitió que jueces, policías y ministros de su mismo gabinete permitieran el desalojo violento de los sin tierra. Y en varias oportunidades, no sólo en Caraguaty, hubo muertos y heridos. Lugo no pudo lograr en cuatro años que el Senado admitiera a Venezuela en el Mercosur. Dio prórroga a la base de marines en Mariscal Estigarribia, donde se instalaron desde 2006. Y aprobó una “ley antiterrorista” a pedido de Estados Unidos, con nuevas misiones de efectivos mandados por Barack Obama en el norte de Paraguay. Con esto no sólo se mancillaba a la patria guaraní sino que se permitía amenazar al vecino Brasil y la Amazonia, una función que el derechoso Franco cumplirá con mucho mayor oficio que Lugo.

Ni golpe ni claudicación
La presidenta argentina estuvo rápida de reflejos para condenar la asonada en Paraguay y mañana podría hablar en una sesión del Congreso sobre este tema. La defensa de la democracia, en Paraguay y en Argentina, debe contar con el beneplácito de la población; a contrario sensu, el “plan Cóndor” de las dictaduras de Alfredo Stroessner y Jorge R. Videla, arruinó y quitó la vida de paraguayos y argentinos (amén de uruguayos, chilenos y brasileños, entre otros). Lo que no estaría bien es que CFK o sus ministros quieran equiparar el golpe de Estado paraguayo con la marcha de los Camioneros, prevista para el miércoles. Tratar de golpistas a ese y otros gremios que piensan ir hasta la Plaza de Mayo con dos reclamos básicos sería un grave error. Esta marcha se llamó para pedir la anulación del impuesto a las ganancias o bien la elevación sustancial del monto mínimo no imponible, y la universalización de las asignaciones familiares, dos objetivos bastante módicos salvo que la situación fiscal del gobierno sea mucho más desesperada que la confesada en los números oficiales y ni qué hablar de muchas administraciones provinciales. Pero en ese caso -que las dificultades financieras sean tan graves- primero que nada habría que blanquearlas y no acusar de “destituyentes” a sindicatos que demandan un par de puntos admitidos por casi todos –oficialistas y opositores- como justos y relativamente accesibles. Moyano no es lo que se dice un arquetipo de sindicalista democrático y pluralista. Esto es verdad, aunque también se debería anotar que sus enemigos dentro de la CGT, tales como Oscar Lescano, Andrés Rodríguez, Armando Cavalieri, Carlos West Ocampo, Luis Barrionuevo y Rodolfo Daer, son bastante peores porque además de burócratas fueron y son socios de las grandes empresas y los peores gobiernos. Algunos, como Gerardo Martínez (UOCRA) están acusados de haber sido “buchones” del II Cuerpo de Ejército durante la dictadura militar. Lamentablemente, la presidenta y sus colaboradores vienen llevando adelante un plan político para derrocar a Moyano de Azopardo 802 e imponer allí a los “Gordos”, “independientes” y “No Alineados”. Lo único cierto de estas etiquetas es la cuestión de peso, no así las otras dos, falsas. Las acusaciones en contra del gremio de Camioneros, en el sentido de “destituyente”, requieren de pruebas que hasta ahora no se dieron. En cambio, está a la vista que las sanciones en contra de Moyano son desproporcionadas y poco democráticas. Por ejemplo, se le decretó la conciliación obligatoria, una multa de 4 millones de pesos, se le hizo una denuncia penal muy grave que puede significar penas de varios años de cárcel y se le envió la Gendarmería con equipos listos para reprimir su gente. Además se lo amenazó con la ley de Abastecimiento, que luego se enfiló contra la patronal camionera y no el sindicato. Parece una respuesta políticamente incorrecta. Nótese que a la Mesa de Enlace Sojera no se le impuso ninguna de esas sanciones por cortar centenares de rutas durante tres meses, con graves pérdidas. Y otra comparación: al laboratorio anglo-norteamericano GlaxoSmithKline se le impuso en enero de 2012 una multa de 400.000 pesos por un plan de investigación con vacunas que causó la muerte de 14 niños. ¿No parece un poco mucho multarlo a Camioneros con una cifra de un cero más, cuando no mató a nadie?
Fuente original: http://www.laarena.com.ar/opinion-las_multiples_lecciones_del_lamentable_golpe_de_estado_en_paraguay-77528-111.html

Concesiones que se pagan caro

Concesiones que se pagan caro


Han destituido al presidente Fernando Lugo, los diputados paraguayos lo hicieron. Como parte de un Congreso corrupto y manipulable, sin que tal afirmación signifique que le negamos vida propia (entiéndase en el sentido de “intereses propios”), los “representantes del pueblo” (!) cumplieron con el libreto de las oligarquías lacayas, las empresas de medios de comunicación, las multinacionales y el Departamento de Estado. En El Salvador acuñamos una palabra para congresistas como estos: diputíteres.
Esta es The Democracy Inc. No tiene problemas con asuntos electorales o legales, ya que su fundamento filosófico lo dicta el dogma del Mercado Total, verdadero criterio de su legalidad: democrático es todo lo que respeta la “ley del valor” del mercado capitalista; aquello que no lo haga es siempre antidemocrático (si fue elegido por una mayoría de votantes o si benefició a las mayorías empobrecidas del país, no viene al caso).
En La Democracia S.A. de C.V. todo es legal: la libertad de expresión está bien garantizada, protegida bajo la libertad de prensa. Tanto quiere aquella a su protectora que ya ni siquiera se diferencia de esta: son una sola. Y esta “prensa libre” es también la que se encarga de decidir qué es moralmente legítimo, qué es legal (aunque no tenga nada que ver con una auténtica libertad de prensa ni con la libre expresión de los ciudadanos).
El proceso contra Lugo no se presentó como legítimo porque se tuviesen pruebas: estas no hacían falta. Pero eso no significa que, según estos congresistas, no fuese “legal”: de su legalización se ocuparon las oligarquías y su maquinaria mediática, enarbolando algunos de los mil nombres de La Ley del Mercado (“propiedad”, “seguridad”, “soberanía”) y llamando a los señores del “palito de abollar ideologías” por si también hacía falta algo de fuerza para imponer su ley y su orden.
Precisamente de ideologías se trata la cosa, pero vertidas en proyectos concretos de emancipación… o en libelos fachas. A Fernando Lugo lo destituyeron usando un documento que dice (en serio): “ Todas las causales mencionadas más arriba son de pública notoriedad, motivo por el cual no necesitan ser probadas, conforme a nuestro ordenamiento jurídico vigente” [http://www.aporrea.org/internacionales/n208153.html] ¡Es textual, my friends! Bueno, no del todo: las cursivas son mías (incluso estos congresistas no pueden ser tan brutos).
Pensando en eso de “la notoriedad”, alguno dirá que era obvio esperar estas consecuencias si se lanza a los cuatro vientos expresiones como “mi gobierno será socialista y derrotará a la pobreza en todas las casas”. Tambores de guerra, claro que sí. No necesariamente por lo primero (vaya usted a saber qué significado le da la gente a la palabra “socialismo”), sino por lo segundo. La pobreza no se derrota si no se derrota primero a quienes son ricos gracias a que hay pobres. Así es. ¡Y vaya si esos ricos lo entendieron!
Pero la cuestión era, más bien, si lo había entendido bien el presidente Lugo, quien no parece haberse esforzado mucho en pasar de las palabras a los hechos. Tímidos movimientos tal vez, pero no más que eso. Como ha señalado el periodista Idilio Méndez, las concesiones de Lugo a los poderes oligárquicos y transnacionales (“Monsanto golpea en Paraguay”), así como a las iniciativas de dominación estadounidense disfrazadas de lucha antiterrorista (algo de eso sabemos en El Salvador), no lo volvieron más fuerte. Y la tesis de que era un izquierdista radical más allá del verbo se derrumba bajo el peso de los hechos.
Ahora bien, contra los defensores de los “proyectos de nación”, alianzas con la gran empresa o las terceras vías, las palabras de Atilio Borón sobre los sucesos paraguayos deberían preocuparnos acá arriba, en la cintura del Continente: “Gestos concesivos hacia la derecha lo único que hacen es envalentonarla, no apaciguarla. Pese a estas concesiones, Lugo siempre fue considerado como un intruso molesto, por más que promulgara en vez de vetarlas las leyes antiterroristas que, a pedido de “la Embajada”, aprobaba el Congreso, el más corrupto de las Américas. Una derecha que, por supuesto, siempre actuó hermanada con Washington para impedir, entre otras cosas, el ingreso de Venezuela al MERCOSUR”.
Si alguno no captó a cuál “Embajada” se refiere Borón, no tiene más que pensar en el monstruoso búnker-mausoleo de la colonia Santa Elena, en San Salvador. Y esto nos exige reparar en la última alusión al MERCOSUR. Aún no se ha dicho todo sobre lo que sucede en el Paraguay, no señor. Ningún análisis de este Golpe de Estado será (medianamente) completo si no insistimos en que también es un fuerte Golpe al MERCOSUR y a la UNASUR.
El 20 de diciembre de 2011, fue proclamado el Protocolo de Montevideo sobre Compromiso con la Democracia en el MERCOSUR, también conocido como Ushuaia II, un instrumento concreto y efectivo para garantizar la democracia en los países que son Estados Partes (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) o Estados Asociados del MERCOSUR (Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela). Los congresistas que destituyeron a Fernando Lugo dedicaron unas 205 palabras del ya mencionado libelo acusatorio para referirse a Ushuaia II como “UN ATENTADO CONTRA LA SOBERANÍA de la República del Paraguay”. Y estoy seguro de que son sinceros al escribir eso (en esta ocasión, las mayúsculas sí son de ellos). Según estos diputados, la Embajada, Monsanto, la oligarquía y quizás ellos mismos son los auténticos soberanos del Paraguay, y no iban a tolerar ningún mecanismo que protegiera de un Golpe de Estado a un presidente electo democráticamente. ¡Qué pueblo más atrevido que piensa que es soberano!
No nos engañemos. La matanza en Curuguaty, la “creciente inseguridad” y el resto de “razones” para la destitución del Presidente Lugo fueron parte de un plan perfectamente orquestado por la Santa Alianza convocada por The Democracy Inc. (alianza a la que no le faltan mitras y báculos, por cierto).
¡Pero cuidado! La cuestión esencial no son los errores de Fernando Lugo (incluida su apresurada aceptación de los actos del Congreso), sino la restitución de la Democracia Real que el presidente representa todavía, algo que no se conseguirá recurriendo a viejas farsas diplomáticas. Ya se han proferido algunas insulsas palabras sobre “ que la OEA renueva su disposición para colaborar si ello fuera requerido” . Basta echar un vistazo a Honduras, con su Lobo y sus Gorilettis, para saber lo que eso significa en realidad.
Los salvadoreños deberíamos reflexionar acerca del costo de las concesiones a la derecha, deporte popular entre el Presidente Funes, su gabinete y no pocos diputados del FMLN. Lo que vive ahora el Paraguay debería dejarnos claro que un gobierno de izquierda sólo podrá prevalecer con una fuerte organización social y con justicia para los sectores populares.
Carlos Molina Velásquez es Académico, columnista del periódico digital ContraPunto y colaborador de Rebelión.


Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Segundo Golpe de Estado Latinoamericano para Obama

Segundo Golpe de Estado Latinoamericano para Obama

Workers Action


El reciente golpe de Estado contra el Presidente democráticamente electo de Paraguay no es solo un golpe a la democracia, pero un ataque contra la población trabajadora y pobre que apoyó y eligió al Presidente Fernando Lugo, a quien ellos ven como el baluarte contra la elite adinerada, quienes han dominado el País por décadas. Los medios masivos de EE.UU. no están llamando los eventos de Paraguay un golpe de Estado, ya que el presidente está siendo “legalmente destituido” por el Congreso Paraguayo dominado por la elite. Pero como el economista Mark Weisbrot explica en el Guardian:
El Congreso de Paraguay está tratando de expulsar al presidente, Fernando Lugo, por medio de un procedimiento de destitución por el que se le dio menos de 24 horas para prepararse y solo dos horas para presentar su defensa. Parece que una decisión de condenarlo ya se ha escrito… El principal provocador de esta destitución es un golpe armado entre los campesinos peleando por los derechos de tierra con la policía… Pero esta violenta confrontación es un mero pretexto, ya que es claro que el presidente no tiene responsabilidad de lo que paso. Ni los oponentes de Lugo han presentado evidencia por los cargos en el “juicio” de hoy. El Presidente Lugo propuso una investigación del incidente; la oposición no estuvo interesada, prefiriendo su procedimiento legal manipulado.
¿Cuál es la razón real para que el Senado Paraguayo de derecha haya querido expulsar a su presidente democráticamente electo? Otro artículo del Guardian vuelve claro esto:
El presidente también ha sido juzgado en otros cuatro cargos: que el inadecuadamente permitió a los partidos de izquierda a tener una reunión política en una base militar en 2009; que el permitió alrededor de 3,000 ocupantes ilegales [campesinos sin tierras] a ilegalmente invadir una granja de soya muy grande propiedad de Brasileños; que su gobierno gallo en la captura de miembros de un grupo guerrillero [izquierdista], el Ejercito del Pueblo Paraguayo… y que firmo un protocolo internacional [izquierdista] sin adecuadamente presentarlo al congreso para aprobación.
El artículo agrega que los antiguos aliados políticos del presidente estaban “… molestos después de que dio una mayoría de puestos del gabinete del ministerio a aliados izquierdistas, y dio una minoría a los moderados… La división política se había convertido agudamente clara ya que Lugo públicamente reconoció recientemente que él iba a apoyar a los candidatos izquierdistas en futuras elecciones.”
Es obvio que los crímenes verdaderos del Presidente eran de haber escogido aliarse más cercanamente con la izquierda de Paraguay, que en realidad significa las masas trabajadoras y pobres del País, quienes, como otros países de Latino América, escogen el socialismo como su forma de expresión política.
A pesar de que la elite de Paraguay perdió el control de la presidencia cuando Lugo fue elegido, ellos usaron su dominio completo sobre el Senado para revertir los logros hechos por los pobres de Paraguay. Esto es similar a la situación en Egipto: cuando el antiguo régimen de la elite adinerada perdieron a su presidente/dictador, usaron su control sobre el poder judicial en un intento de revertir los logros de la revolución.
¿Es justo culpar a la administración de Obama por el reciente golpe en Paraguay? Sí, pero se necesita una lección introductoria en relaciones EE.UU.-Latino América para entender por qué. La derecha de Paraguay – una pequeña elite adinerada – ha tenido una larga relación con los Estados Unidos, quien ha apoyado dictaduras por años en el país – un patrón común en muchos países de Latino América.
Los Estados Unidos promueven los intereses de los ricos de estos países mayormente pobres, y a su vez, estos países manejados por la elite son obedientes a la política extranjera pro-corporativa de los Estados Unidos (El libro “ The Open Veins of Latin America ” (Las venas abiertas de Latino América) es un excelente libro que presenta la historia).
La elite de Paraguay es incapaz de actuar tan valientemente sin consultar primero a Estados Unidos, ya que sus países vecinos son abrumadoramente hostiles a tal acto porque tienen miedo de un golpe de estado apoyado por EE.UU. en sus propios países.
La elite de Paraguay solo tiene a la milicia para apoyo interno, que por décadas ha sido financiada y entrenada por los Estados Unidos. El Presidente Lugo no corto completamente las conexiones militares con EE.UU. hacia su país. Según Wikipedia , “El Departamento de Defensa (DOD) de EE.UU. provee asistencia técnica y entrenamiento para ayudar a modernizar y profesionalizar la milicia [de Paraguay]…”
En resumen, no es remotamente posible para la elite de Paraguay a actuar sin garantía de los Estados Unidos de que continuaran de recibir apoyo político y financiero de ellos; la elite ahora necesita un flujo estable de armas y tanques para defenderse de los pobres de Paraguay.
Los países Latino Americanos que rodean Paraguay denunciaron los eventos tal como se iban desenvolviendo y realizaron un viaje de emergencia a ese país en un intento por detenerlos. ¿Cuál fue la respuesta de la administración de Obama? Business Week explica:
Mientras el Senado de Paraguay conducía el juicio de destitución, el Departamento de Estado de EE.UU. había dicho que estaba viendo la situación de cerca.
“Nosotros entendemos que el Senado de Paraguay ha votado por destituir al Presidente Luego,” dijo Darla Jordan, una vocera del Buro de Asuntos del Hemisferio Oeste del Departamento de Estado de EE.UU. … “Nosotros exhortamos a todos los paraguayos a actuar pacíficamente, con calma y responsabilidad, en el espíritu de los principios democráticos de Paraguay.”
Obama mejor pudo haber dicho: “Nosotros apoyamos el golpe de estado de la derecha contra el presidente elegido de Paraguay.” Ver que un crimen en contra de la democracia sucede – aun y si es “vista de cerca”- y fallar en denunciarla los hace cómplices del acto. Las palabras cuidadosamente escogidas por el Departamento de Estado pretenden dar apoyo implícito al nuevo régimen ilegal en Paraguay.
Obama actuó tal como lo hizo porque Lugo se cambio a la izquierda, lejos de los intereses corporativos, hacia los pobres de Paraguay. Luego también se había alineado más cercanamente con los gobiernos regionales con los que había trabajado hacia la independencia económica de los Estados Unidos. Más importante quizá es que, en 2009, el Presidente Lugo prohibió el edificio de una base militar planeada por los EE.UU. en Paraguay.
¿Cuál fue la respuesta de las personas trabajadoras y pobres de Paraguay a su nueva dictadura? Se acumularon afuera del Congreso y fueron atacados por policía antimotines y cañones de agua. Es improbable de que ellos se van a sentar en sus manos durante este episodio, ya que el Presidente Lugo había aumentado sus esperanzas de tener una existencia más humana.
El Presidente Lugo ha desafortunadamente dado a sus oponentes una ventaja al aceptar las decisiones que el mismo llamo un golpe de estado, permitiéndose a si mismo ser reemplazado por un presidente escogido por el Senado. Pero las personas trabajadores y pobres de Paraguay actuaran con más audacia, en línea con los movimientos sociales a través de Latino América que han dado fuertes golpes en contra del poder de su elite adinerada.
Las acciones retorcidas del Presidente Obama hacia Paraguay reafirman de qué lado de la división de riqueza esta. El primer golpe de estado en Honduras provocó la chispa de indignación del hemisferio completo; este va a confirmar a los Latino Americanos que ni los Republicanos ni los Demócratas se interesan algo acerca de la democracia.
Shamus Cooke es trabajador del servicio social, sindicalista, y escritor para Workers Action (www.workerscompass.org).

Fuente: http://workerscompass.org/?p=5730